¿Te ha pasado que hay semanas que son muy malas? Dicen que la mala racha viene de a tres. Bueno, me quedé en pana, se me murió una tía y me desilusioné de una persona a la que le tenía cariño.
Aunque usted no lo crea, esas cosas afectan más de lo que uno piensa. Incluso, puede llegar a distraerte de tus labores profesionales o te pueden llevar a consumir alcohol en exceso para olvidarte de tus penas. ¿Cómo lo traduzco yo? Como una profunda y triste desmotivación.
El diccionario lo define de la siguiente forma: “sentimiento de desesperanza ante los obstáculos; o un estado de angustia y pérdida de entusiasmo, energía o motivación”. La desmotivación sucede en todas las áreas de la vida y lo importante es saber detectarla para salir adelante.
Estas son las principales señales:
- Falta de sueño: la mente y alma están llenas de preocupaciones.
- Falta de descanso: produce la falta de orientación y cansancio.
- Autocomplacencia: pérdida de interés en la comida, aunque no hayas comido por horas.
- Pensamientos negativos: el extremo de éstos son los pensamientos suicidas.
Si estás sintiendo estos estragos y te sientes desamparado en medio de la situación, corta el escándalo, llora un rato, come rico, cómprate ropa, hazte una manicure, anda a la peluquería, ¡qué sé yo! pero sigue con tu vida por favor. No te detengas tanto tiempo en las cosas malas de la vida, mejor aprende a mirar las bellas que siempre son las que nos llenan de alegría.