Cuando éramos chicas nos entreteníamos y asombrábamos con las cosas más simples de la vida. Ahora los niños -para divertirse- necesitan invertir ene plata, para comprar una consola o un computador. Por eso mismo quise recordar viejos tiempos y hacer un ranking con mis 5 juegos infantiles favoritos, para los que no necesitabas nada más que las ganas de pasarlo bien. Enjoy!
1- La pieza oscura: Me encantaba porque no se podía jugar en cualquier parte y a cualquier hora del día, entonces había que idear todo un plan; y eso lo volvía más interesante aún. Además que siempre te terminabas cayendo o pegando con algún mueble, lo que para la simpleza de una niña... era lo máximo.
2- Disfrazarse: Todos los viernes invitaba a mis amigas a que nos disfrazáramos. Mi mamá me había regalado una bolsa- realmente gigante- con todas las prendas que ya no usaba, porque habían pasado de moda, o porque ya no le gustaban. Habían hasta zapatos con taco. Era lo mejor jugar a ser grande.
3- El elástico: Qué época más mítica cuando jugábamos por horas al elástico en el colegio. Todas mis compañeras tenían uno (de esos bien chillones) y esperábamos con ansias el recreo para poder competir entre nosotras. La única lata era que cuando quería seguir practicando en mi casa era imposible, porque no tenía quién me sostuviera el elástico. Y aunque traté mil veces de ponerlo entre sillas, éstas se caían con el peso de mis pies. Fail!
4- La tabla de ouija: Quién no trató de invocar a los espíritus utilizando un lápiz pasta y un cuaderno con espiral. Al menos en mi colegio era un hit. No había nada más entretenido que creer que estabas hablando con la mismísima Llorona; y después en la tarde esperar que sucesos raros te ocurrieran, porque te pasabas el rollo de que el espíritu que molestaste, te estaba penando.
5- Jugar con las manos: A todas nos encantaba jugar chocando las manos mientras cantábamos una canción. Mis favoritas eran lejos la de Candy, porque aparte de amar la canción el juego era demasiado difícil ; y “estaba la Catalina, sentada bajo un laurel...” que tenía un desenlace que en ese momento encontraba de lo más mágico: “estás hablando con tu marido que no has podido reconocer”. Un clásico!
¿Qué jugabas tú cuando chica?