Cuando salió en todo el mundo la confirmación de que el Príncipe William se casaría con Kate Middleton, no pude evitar acordarme de la fallecida Lady Di y de cómo a veces el sueño de convertirse en princesa se hace realidad.
Cuando era chica siempre soñé con ser una de las princesas de Disney, con esos vestidos rosados y tremendos de grandes, con una corona en mi cabeza y obvio que con mi príncipe azul al lado llegando en un caballo blanco – eso es broma- .
Y de repente ver que hay mujeres que sí logran convertirse en princesas en la vida real me da hasta un poco de envidia. Para que no mal interpreten, sólo hablo del hecho de tener el título nobiliario de Princesa, porque de aquí a que tengan un matrimonio feliz es otra cosa.
Está el caso de Letizia de España que en cualquier minuto se convierte en Reina. Cómo olvidar a Lady Di y su matrimonio de ensueño donde la cola de su vestido medía miles de metros. Y ahora es precisamente su hijo quien se casa con su polola de 8 años, donde además, el anillo de compromiso que usó Williams fue el mismo que el Príncipe Carlos usó para pedirle matrimonio a la Princesa de Gales.