¿Se han dado cuenta que cada año planear la maldita fiesta de Año Nuevo se transforma en un verdadero suplicio?
Primero que nada, como que todo el mundo tiene la idea de que HAY que salir. O sea, cómo se te ocurre que te vas a quedar en la casa para el Año Nuevo. Existe esa maldita presión social que te “obliga” a carretear ese día, a pesar de que estés ultra cansada; pero… si no lo haces, todos te miran como una perna loser.
La cosa es que no vale ir a cualquier lado, hay que buscar la fiesta más top, a la que van todos, o la mayoría de tus amigos. Aunque a veces eso implique salir de Santiago a las 7 de la tarde camino a algún balneario; soportar un taco de 5 horas, cuando en verdad el trayecto es de hora y media; comer un paquete de papas fritas de bolsa en vez de un pavo cocinado por tu mamá; y cosas peores. Todo para qué? para pasar supuestamente el mejor carrete de tu vida; y la verdad es que por lo menos para mí, nunca ha sido tan así.
La gente dice, pero si es la noche más larga del año. Mentira!! Carreteas las mismas 6 horas que cualquier viernes o sábado. Al final encuentro que la fiesta de Año Nuevo se transforma más en un stress que en algo entretenido de organizar…no crees?