Por Loreto Ramírez
Ayer creo que di uno de los pasos más importantes para construir mi futuro: Abrí la libreta de ahorro para la vivienda. Como me dijo alguien por ahí: “Ay qué republicana”, pero creo que es la única forma de irme del nido de aquí a fin de año.
Constantemente dije que no conocía el significado de la palabra ahorro, pero durante el 2010 lo apliqué y creo que al fin veré fruto. No fue fácil, tuve que dejar de hacer cosas que me gustaban como salir a carretear y comprarme ropa. Mi primer sueldo se fue derechito al clóset, pero desde que vi la luz y empecé a juntar platita, me siento mejor. Ahora incluso me gusta saber que siempre tengo un colchoncito de respaldo.
En mi casa creo que lo tengo todo. Me lavan la ropa, me la cuelgan y guardan. Me cocinan, me lavan los platos. No pago cuentas ni hago el aseo. Sé que al irme sufriré, pero creo que vivir sola lo vale, o por lo menos, eso espero.
De hecho, no sólo fui al banco, sino que también me compré una de esas carpetas con fuelles, para ir guardando las cuentas y así no me quede el descalabro financiero.
Tengo un sillón, una buena cama, una alfombra, una cómoda y un librero. Me falta todo para la cocina; además de las cortinas, adornos y lámparas... No es tanto ¿o sí? Pero en todo caso, lo que más tengo son ganas, así que el resto, espero sea ¡pan comido!