Ricky Gervais fue lo mejor y más chistoso de la última versión de los Globos de Oro, poniendo nerviosos a los asistentes con sus típicas tallas sarcásticas, mientras hacía lo que mejor sabe hacer: reírse de la gente. Para algunos fue demasiado. Para mí, fue genial.
No tuvo problemas en burlarse de The Tourist, la película que protagonizan Angelina Jolie y Johnny Depp. Menos para enrostrarle a Charlie Sheen su problema con el alcohol, reírse de la obsesión de Mel Gibson con los judíos, o hablar de “Walking Dead” y relacionarlo con Hugh Hefner, imitando el asco que sentirá la nueva esposa de dueño de Playboy cuando lo toque (iiu!)
Esta es segunda vez que el comediante hace de anfitrión del evento y la crítica norteamericana quedó espantada. A lo que Ricky declaro a TMZ: “en realidad, me gustó más que lo del año pasado”, pero “no volveré a hacerlo”. “Dos veces es suficiente”. Ídolo.