Soy la típica mina que cuando alguien tiene algún “problema”, le dice cómo se ven las cosas desde afuera y que no es tan complicado como parece, aunque eso valga un poco de odio de parte de los que escuchan.
En general las minas somos enrolladas y nos inventamos historias por lo más mínimo. Y obvio que si veo a alguien que quiero, amiga o familiar, voy y le digo lo que pienso. Capaz mi tono será medio pesado, pero de verdad que muchas veces la gente me supera.
Otro ejemplo típico que siempre me pasa es que mi amiga odia por sobre todas las cosas a un hombre porque ya no la pesca. Al principio una la apoya, pero después de meses hay que decirle que si el tipo la trata así es porque ella se lo buscó y nunca le paró el carro. ¿Duele? Obvio que sí, pero creo que alguien siempre te tiene que decir las cosas.
En uno de mis tantos grupos de amigas, todas pensamos que cierta actitud de una está mal enfocada y no va a llegar lejos siendo así. ¡Y ninguna le dice! Y cuando se lo digo en su cara, me tratan de mala amiga y de pesada. Para mí, eso es cinismo aquí y en cualquier parte.
Con la mano en el corazón, igual creo que se me pasa la mano con esto de la honestidad, pero a la largo creo que es mejor que alguien te abra los ojos y te muestre la realidad de cómo son las cosas.