Foto vía: Jaudrius
Soy una defensora del amor, creo que todo el mundo debiera tener pareja estable. Como en las películas de Disney, donde las princesas encuentran a su hombre ideal y viven felices por siempre. Pero aunque soy la fan número uno de Cupido, las canciones románticas estilo Ricardo Arjona me dan úlcera.
Me parecen un cliché musicalizado, con letras cursis y hasta ridículas. Les cito algunas letras del “trovador” guatemalteco: “Tu reputación son las primeras seis letras de esa palabra”, “olvidarte es más difícil que encontrar un gato verde” o “hay pingüinos en la cama por el hielo que provocas”. Y los chilenos no se quedan atrás, como Keko Yunge cantando “inolvidable como lo que no se puede olvidar”. ¿Las enamoran esas frases? ¿Les pasa algo si les dicen eso al oído?
Sé que es mala onda de mi parte andar ninguneando, pero los encuentro un atentado en contra del amor verdadero. O un atentado en contra de mi gusto. Para mí, no habría nada más mata pasiones que alguien dedicándome un tema de Ricardo Montaner o de Elmer Figueroa (alias Chayanne). No gracias, yo paso.
Aunque debo confesar que, cuando chica, igual las gozaba, escuchaba la FM2 (la radio de los dos) y tenía un cuaderno donde transcribía las letras. El pasado me condena. Menos mal ese tiempo ya pasó y ahora los únicos románticos que escucho son Los Beatles. Pero no deja de sorprenderme que haya gente que de verdad se enamora de la mano de estos trovadores. Menos mal yo ya me rehabilité.