Foto vía Alex Millà
Todo partió como una investigación médica. El resultado es que, al parecer, descubrieron la fórmula de la eterna juventud. Como en Enredados, es posible gracias a una planta, que está en Isla de Pascua y se usa como base en fármacos suministrado a personas con trasplante. Aquí viene lo bueno: lo aplicaron en células envejecidas y rejuvenecieron.
En primera instancia, el medicamento apunta a los niños que sufren Progeria, o niños abuelitos, que envejecen ocho veces más rápido de lo normal. Como Robin Williams en Jack, representando a un niño de diez años que lucía como de cuarenta. Aunque a mí parecer, Williams siempre parece un pendejo, pero ese es otro tema.
La cosa es que esta sustancia fue probada en ratones, los que prolongaron su vida. Hasta ahora no ha sido suministrado oficialmente a ninguna persona, sólo a células de niños con la enfermedad del envejecimiento, a quienes apunta la esperanza de la investigación. Los resultados son optimistas: la enfermedad retrocede y las células se hacen más jóvenes.
Más allá de todo el avance científico, no puedo evitar una curiosidad vanidosa y superficial ¿En algún momento estará disponible el famoso fármaco para poder vernos más jóvenes y vivir cientos de años? Como sea, la obsesión de miles de personas, novelistas y cineastas se concreta. Quizá podamos vivir para siempre. Ahora sólo nos falta viajar en el tiempo.