Soy una compradora compulsiva de mugs y aunque tengo varios en mi colección, es cosa de ver uno lo suficientemente lindo, novedoso, diferente, con colores llamativos o impresiones atractivas para que lo compre.
Por lo general los clasifico según el brebaje, cosa de después asociar su sabor al mug, o al revés. Así están el del desayuno, del cafecito, de la oficina, del té rojo, del té de hierbas y eso sin contar los que tengo guardados en la casa de mi mamá.Hubo una época en la que no faltaba el que tenía su tazón con estampado personalizado, por general con fotos familiares que después se veían pixeladas o con un ojo rojo endemoniado, que honestamente me parecen horribles (por suerte nunca me regalaron uno). O con las típicas frases “ingeniosas” que de hecho dejaban bastante qué decir del “orgulloso” propietario. Y si bien los más económicos son los que venden por cantidad industrial en las cadenas de supermercado, siempre se rescata alguno bonito, ahora si lo que buscas es exclusividad las opciones son las tiendas de diseño donde puedes llegar a pagar diez veces el precio standart. Hay para todos los gustos, bolsillos y adicciones.
¿Cómo sería tu mug si pudieras diseñarlo tu misma?