Ya sea por alguna enfermedad, por stress o simplemente por milagro, hay semanas en las que perdemos kilos, sin ni siquiera proponérnoslo.
Hacer una dieta que perdure en el tiempo requiere de una fuerza de voluntad enorme. Cada día luchar con las calorías que estamos consumiendo y privarse de los alimentos más ricos, porque su aporte calórico excede lo permitido.
Por eso es que bajar de peso es algo que NO se logra con facilidad, todo lo contrario. Nos ponemos mal genio, andamos todo el día pensando en comida y llega un punto en que si no vemos resultados rápidos, abandonamos la meta y volvemos a comer como si nada.
Cuando no lo pensamos, no nos ponemos metas, no dejamos de lado las masas y las frituras, y de un día para otro los pantalones nos empiezan a quedar más anchos y la gente nos empieza a decir que estamos más flacas, es simplemente increíble. A mí me pasó, lo pasé pésimo estando enferma, pero después de un tiempo, fui la mujer más feliz del mundo, porque nunca más recuperé esos kilos!