Foto: archivo de la autora
Afuera de tu casa, en un terreno abandonado, en las calles principales de la ciudad. El muralismo urbano está en todos lados. Realizado de la gente para la gente, en el espacio público y no encerrado en un museo, busca que cualquier persona en la calle reciba su mensaje. Muchos de ellos herederos del muralismo mexicano, en Chile ya existe toda una tradición de artistas que usan esta técnica para expresarse.
Entre los miles de murales de la ciudad, hay uno que destaca por su estética latinoamericana y popular. Se trata de Agotok, dos chicos que partieron estampando tags (típico rayado de rapero medio ilegible) y poco a poco migraron hacia los murales. Hoy están en casi todo Santiago: Parque O’Higgins, Toesca, Gran Avenida o Santa Rosa. Barrios que lucen diversos dibujos que son como parientes lejanos: a pesar de ser distintos, mantienen un sello que permite descubrir que están relacionados.
Moreno y Villa (los apellidos tras Agotok) son jóvenes que no estudiaron arte, pero la viven día a día. Se inspiran en el mural latinoamericano, en la música de Violeta Parra y en la vida que acontece en sus barrios. Sentimientos que se traspasan en sus obras, en donde los protagonistas tienen la piel pintada de tonos tierra.
La obra de Agotok ya desbordó los límites de Santiago, pues sus obras aparecieron representando al muralismo chileno en segundo tomo de "Mural Art, murals on huge public surfaces around the world", en páginas a todo color, compartiendo tribuna con grandes del rayado urbano nacional como Mono González, uno de los fundadores de la Brigada Ramona Parra y autor del mural "Vida y Trabajo" que está en la estación del Metro Parque Bustamante.
A pesar de que sean reconocidos internacionalmente, mucha gente estigmatiza su trabajo, ninguneándolos y tachándolos de delincuentes. Agotok se defiende: "Esto es una forma de ganar respeto. La gente primero piensa que andamos pintando hueás, después se dan cuenta de que trabajamos en serio, que somos aplicados. Al final reconocen lo que hacemos y nos terminan invitando a tomar té, agradeciendo que recuperemos espacios, porque ésa es nuetra pega, recuperar espacios".
Porque aunque tiene tradición, el muralismo es un arte de pintar y correr. Muchos invaden las calles sin autorización, de noche o camuflados con máscaras. Es ahí cuando empieza el debate. Uno que no se da sólo en Chile, en Inglaterra Banksy divide al país bajo la pregunta ¿es esta técnica vandalismo o una forma de arte?