Desde siempre me he considerado una fanática de los reality. El primero que vi fue Protagonistas de la fama (2003), del que emergieron grandes figuras de la farándula nacional como Álvaro Ballero, Janis Pope y Catalina Bono.
Desde ahí y hasta la fecha, he visto el reality Mekano, los Pelotón de TVN en todas sus versiones, Granjeras, 1810, Amor Ciego y casi todos los que han dado. Sin embargo, a pesar de mi ultra fanatismo, por más que veo "40 ó 20", ¡no me puede gustar!
Tratando de entender el comportamiento de los participantes, me he cuestionado una y otra vez qué aspectos podemos destacar de este reality. ¡Algo bueno debe tener!
Después del salto, las 5 cosas que salvamos de 40 ó 20:
5.- Volver a ver los tiesos bailes del ex Mekano Rony Dance, me traen buenos recuerdos y me saca carcajadas.
4.- Las citas son el punto más claro del coqueteo barato en que todos luchan por el amor de una sola mujer. La idea de ganar los impulsa a hacer cosas realmente ridículas. Ver al ex conductor de noticias Eduardo Cruz-Johnson vestido de mono infantil, fue lo máximo.
3.- Disfruto con las pruebas de actualidad y de cultura general que, de seguro, son pauteadas, o si no es inentendible la ignorancia. No saben los países limítrofes de Chile, no se acuerdan del apellido de Dominique (el gran premio), la abreviación “OEA”, la explican como “Oye ven pa’ acá”. ¡No puede ser cierto!
2.- Ver a los dos únicos minos que tiene el reality: el cuarentón Bernardo Borgeat, que se mantiene guapísimo, y José Luis Bibbó, Joche, mi favorito, estudiante de Educación Física, guapetón como él solo.
1.- Cada vez me convenzo más de que la dignidad es casi como un estado de ánimo y, lo más importante de todo, es que es inagotable. Así que ya sabe, si quiere hacer una locura de amor, juéguesela, lo que usted haga en privado jamás será peor a lo que hacen estos hombres en pantalla.
Y ustedes chicas, ¿qué salvarían de este reality?