No sé si es bueno o malo, tampoco sé hace cuánto empezó, pero me considero una dependiente de mi celular; sobre todo desde que tengo smartphone y puedo estar conectada todo el día desde Twitter, Facebook y WhatsApp; y al parecer no soy la única.
El otro día salí apuradísima de mi casa y se me quedó el celular en la cama. Cuando me di cuenta me quería matar. A pesar de que trabajo todo el día frente al computador y en realidad “estoy conectada” la mayoría del tiempo, sentía casi como si no me hubiera puesto los sostenes.
Bueno, la cosa es que me desesperé tanto que empecé a buscar excusas para ir a buscarlo, estilo, hoy día me voy a juntar con mis amigas para ir a comer; cómo me voy a comunicar con ellas si no es por celular. Al final, fue tanto lo que medité, que a la hora de almuerzo partí rajada a mi casa a recuperar mi preciado objeto. Una vez que lo tuve en mis manos, no lo solté en toda la tarde.
A mi hermana le pasó algo peor. Se le echó a perder su smartphone y lo mandó al servicio técnico. La cosa es que estuvo como 7 días sin su celular y les juro que estuvo a punto de llorar. Cada día estaba más enojada, porque lo único que quería era recuperarlo; y al igual que yo, empezó a desesperarse, encontrando excusas de por qué era tan necesario tener su teléfono.
Y tú…te consideras una dependiente de tu smartphone?