Seguramente más de alguna vez han escuchado la frase “No me gusta esa niñita” de la boca de sus mamás. Y es que cuando somos cabras chicas, nos equivocamos y mucho, en lo que a amistades se refiere.
Pero no nos quedamos calladas, somos capaces de defender a nuestras amigas a muerte: “qué sabi tú” “no la conoces”, “no tienes idea de ella”. Nos enfrentamos casi que a combos a nuestras propias madres, con tal de hacerles ver que están equivocadas.
Pero ¿qué sucede después? Temprano o tarde nos damos cuenta de que ellas tenían toda la razón. Nuestra amiga nos desilusiona y ahí quedamos tristes y con rabia más encima, por no haberle hecho caso.
Con los pololos, la dinámica es más o menos la misma.
La verdad es que me sorprende. No sé cómo lo hacen, para nunca equivocarse. ¿Será una cualidad que todas las mamás del mundo tienen? ¿Seremos nosotras así cuando nos toque ser madres?