Ya probé el nuevo Facebook Timeline, que ordena tu muro como una línea de tiempo. Desde ahora, todas tus interacciones, voluntarias e involuntarias, serán parte de una enorme biografía. Más allá de si me gusta o no la nueva interfaz, lo que más me caló es que puedes revisar muy rápido la historia de tu vida, al menos desde que activaste tu cuenta. Es un poco perturbador.
Timeline hace todo más sencillo, ahora es más fácil encontrar un suceso o comentario de hace un año atrás. Lo que resulta un pro, porque puede revisar con ojos medios llorosos cosas lindas que sucedieron hace poco. Por ejemplo, yo en mayo de 2010 estaba de intercambio estudiantil fuera de Chile. Entonces repasé todos esos momentos: los nuevos amigos que hice, cómo me extrañaban en Chile, cómo me iba en las materias que cursé. Fue un reencuentro bien lindo.
Pero la máxima de Facebook es compartir contenidos de modo viral. Y ahí está el contra. Si para mí es más fácil y rápido acceder a mi "historial", también lo es para el resto. Entonces se pone terrible la cosa, porque además de bellos momentos, también he generado contenidos un poco vergonzosos. En el pasado mis actualizaciones de estado eran más parecidas a la época de Fotolog, con comentarios que hoy encuentro sin sentido o también hay interacción con personas que ya no tienen nada que ver conmigo.
Pero no todo es malo. Dense el tiempo y revisen todo su Timeline, para que oculten de la biografía aquellos pasajes desagradables que no quieren compartir con los demás. Incluso, pueden intervenir la cronología y destacar unos hitos sobre otros. Ahora más que nunca, nuestro pasado está abierto a modificaciones. Hay que apurarse, el plazo es el 22 de diciembre. Después de eso, todo lo que tengan será totalmente público. Yo ya empecé a depurar mi biografía.