[gallery link="file" order="DESC" columns="5" orderby="rand"]
¿Les pasa que tienen un pasatiempo que las apasiona, pero que no siempre les sale bien? A mí me pasa con la fotografía. No tengo una cámara profesional y mis fotos no son en general demasiado buenas. Pero he tenido mis aciertos, fotos de las que me enorgullezco.
La misma pasión secreta, pero con talento, tuvo Vivian Maier, quien fue descubierta un poco antes de morir, en el año 2007. Tenía una especie de doble vida: de día, era nana en una casa acomodada, cuidaba a los niños y hacía los quehaceres. En sus ratos libres, dejaba aflorar su sensibilidad como fotógrafa. Resultó ser de las buenas.
Paseaba por las calles de New York y Chicago o por la playa, capturando imágenes que tienen una lectura sumamente crítica y curiosa de la sociedad. Fotografiaba a gente en situaciones incómodas o poco comunes, casualidades que afortunadamente se congelaron para siempre con el lente Maier.
Lo curioso es que pese a desbordar talento, nunca le mostró sus fotografías a nadie. Quizá por vergüenza o porque nunca se tomó en serio el oficio más allá que como un hobbie. Su obra se hizo famosa cuando John Maloof compró unos muebles en una subasta. En su interior, la sorpresa de más de 40 mil negativos. Sin saber qué hacer con el material, Maloof creó un blog para difundir la obra de Vivian.
Porque es talentosa y una súper mujer (militante política, feminista), les dejo sus fotografías para que la conozcan. Ojalá disfruten tanto como yo el legado secreto de esta mujer increíble.