Siempre he considerado que escribir es una forma de desarrollar la mente y desahogarse. Escribir me ayuda a darme cuenta que a veces mi manera de ver la vida no es tan solitaria. Que hay personas que piensan parecido. Es grato ver que se generan comentarios positivos en base a tus líneas, eso contribuye, te hace “querer más” pero sin dejar de tener los pies en la tierra.
Aparte de escribir son un montón de cosas las que me gusta hacer. La lata es que en este momento de mi vida, no me sobra el tiempo. Cuando chica solía pintar, no era Picasso ni nada que se le parezca, pero al menos lo intentaba. Así podía trasladarme a otros lugares y relajarme. Olvidaba por un rato las visiones que hacían nublar mi metro cuadrado.
Me gustan las manualidades, sacar fotos, estar con mis amigos, el yoga, viajar, andar en patines, conocer todos los días un poco más a la gente que me rodea, sobre todo a mi mamá, en la cual me veo reflejada dentro de unos años. En fin, un montón de cosas!
Es bueno tener distracciones, es bueno salir de la rutina. Cuando recién estás empezando el mundo laboral, tiendes a dejar de lado la gran mayoría de cosas que te gusta hacer y cuando alcanzas a darte cuenta, el cansancio por la falta de costumbre suele ser más fuerte. Al menos yo creo que todo va en la actitud y en no olvidar que esos pasatiempos también fueron parte de nuestro crecimiento y desarrollo; por lo que debemos conservarlos.
Son tantas las cosas que “tenemos” que hacer en la vida, que esas que te dan placer quedan desplazadas por las obligaciones. La ventaja está, en que las que te dan satisfacción, forman parte anexa de lo cotidiano y nada tienen que ver con los deberes.
Y tú, aún recuerdas esa distracción que te hacía alejarte de la rutina?