En febrero las calles se tiñen de rojo, las vitrinas se llenan de globos, corazones y tarjetas cursis. ¿Por qué? Porque como copiamos todo de los gringos, estamos "obligados" a celebrar el Día de San Valentín.
No me gusta esta fecha. Estoy soltera y detesto que cada vez que llega, la gente me mire con cara de “pobrecita que no tiene quién la acompañe ese día”.
No quiero sonar picada ni envidiosa por la gente que sí tiene a alguien. De hecho, soy feliz soltera, me gusta esa condición. No ando con ganas de tener un pololo ni nadie que me complique la vida; simplemente lo paso mejor así.
Pero, igual me molesta que todos los panoramas sean para dos personas. En el fondo, aunque no quiera estar con alguien, igual me siento mal al respecto. Este día me restriega en la cara que ESTOY SOLA, y no como si fuera una opción mía; me hace sentir como la vieja, gorda, fea y solterona que jamás se casó. Atroz!
No tengo nada en contra de las parejas que quieren celebrar “su amor”. Bien por ellos, pero respeten también a las mujeres que queremos estar solas, que lo pasamos bien así, que no estamos ni ahí con una relación formal y que vivimos el 14 de febrero como cualquier otro día.
Al igual como se celebra el día de los enamorados, debería haber un día para brindar por la soltería … no creen? Así, no me sentiría tan discriminada!