“Muchas veces perder el equilibrio por amor, es parte de vivir una vida con equilibrio”. Que gran frase de la película Eat, Pray and Love. Dos palabras que separadas, si bien son fuertes, combinadas alcanzan la intensidad perfecta.
Equilibrio, según mi percepción, es un estado de plenitud difícil de conseguir. Definitivamente es deseado por muchos. Y es que cuando lo alcanzas abres la mente. No siempre permanece, pero cuando lo conoces una vez, guías tu vida para intentar mantenerlo. Al menos en mi experiencia eso intento.
Hay muchas formas de conseguirlo. Una de ellas es mediante la meditación, esa instancia interna donde "eres tú". Cuando potencias tu devoción en algo o alguien, expandes el camino a la tranquilidad y, finalmente, podríamos decir que alcanzas uno de los niveles de la felicidad. Da igual si esa devoción se dirige a un santo. El tema principal es que debes tener la sabiduría de escoger bien ese algo que te brinda las ganas de mantener las energías de tu equilibrio en una posición firme.
Por ejemplo, los placeres generan equilibrio y en parte ayudan a autoconectarse. Sin embargo, creo que es esencial conocer el entorno para poder comprender y valorar las cosas que te rodean. De repente los detalles que otros no ven, brindan respuestas y te hacen sentir mejor al notarlos. El equilibrio se basa en exponer desde tu punto de vista, para así colaborar en el balance de otros casi como una cadena.
Y es así como en definitiva todo se resume a una búsqueda.