[gallery link="file" order="DESC" columns="5"]
Ya hemos hablado muchas veces del poder del maquillaje y del retoque digital, desde una chica que modifica su rostro y logra que se asemeje al de muchas celebridades, hasta lo mucho que mejoran las personas con un poco de photoshop.
Un nuevo ejemplo es el caso de la actriz Rooney Mara, que "en la vida real" encarna muy bien el perfil de la chica buena norteamericana, con un canon de belleza muy típico: ojos grandes y claros, cabello castaño, piel blanca y de contextura muy delgada. Tal como la recordamos en The Social Network.
En su papel en The Girl with the Dragon Tattoo representa un estereotipo totalmente opuesto: Lisbeth Salander, una mujer que escapa al modelo de belleza y feminidad tradicional, viste con un estilo algo punk, con piercings y colores oscuros; un cuerpo extremadamente delgado sin curvas armónicas ni pechos ostentosos.
Una vez más llego a la misma conclusión: con maquillaje podemos pasar de ser mujeres que calzan perfecto con un estilo de belleza típico o volvernos oscuras y "feas", como el rol de Mara en su última película.
Por eso creo que si las celebridades se ven tan fashion, delgadas y joviales es porque tienen a su alrededor al menos cinco profesionales asesorándolas constantemente: entrenador personal, estilista, coach o motivador, etc. El poder del maquillaje puede hacernos lucir a todas como Jennifer Aniston. Sólo necesitamos un par de milloncitos.