El sexo tiene ruidos muy característicos. Todos sabemos que si escuchamos cierta clase de gemidos o sonidos de un colchón es porque en esa habitación hay gente que se está dando toda la pasión que tiene. Escuchar esos ruidos, pero de otras personas es súper incómodo. No por algo moral, no voy a meterme en eso, pero sí es cuático estar haciendo cualquier cosa y escuchar gemidos o incluso chillidos. Desconcentran e inevitablemente la hacen pensar a una en sexo.
Hace unas semanas me pasó. Eran las tres de la mañana y desperté por los chillidos de una mina, que al parecer se dejó caer en la pasión y se olvidó de cerrar las ventanas. Se escuchaba brígido cómo lo estaba pasando de bien. Me dio risa, pero igual me dio lata que la loca fuera tan gritona que llegara a despertar a sus vecinos. La historia no termina ahí.
Unos días después volvió a pasar lo mismo. De nuevo unos "ay, ay, ay" a todo ritmo y todo volumen, escapando por una de las ventanas del segundo piso de mi edificio. Era de madrugada y de nuevo me desvelé por eso. Fui al baño y desde ahí escuché cómo otra vecina le gritaba "escandalosa" a todo pulmón. Sí serán ralladas mis vecinas.
Cuando era chica, escuché a mi mamá, pero no quiero hablar de eso, no es un grato recuerdo. Necesito pensar en otra cosa, rápido, árbol, árbol, árbol. Ya, se me olvidó. Ahora les toca a ustedes confesar, ¿han escuchado a otros justo "en ese momento"?