Siempre fui una niña disciplinada pero con muchas ganas de contribuir y ayudar a quienes lo necesitaban. Poco a poco fui descubriendo un mundo de fundaciones que se dedicaban a brindar ayuda a personas que tienen menos que tú o que yo y que no les vendría mal una mano.
Mis ganas de viajar a países vulnerables se hicieron cada año más grandes, igual que la idea desinteresada de ayudar. Hoy lo tomo como uno de mis proyectos de vida, sin dejar de lado claro, que el país aún tiene carencias que mejorar y virtudes que nosotros los jóvenes debemos cultivar para sacar algo bueno.
Un Techo para Chile, Servicio País, en fin, un montón de asociaciones que tienen todas las ganas de expandirse para poder generar una instancia de solidaridad, pero que en muchas ocasiones les falta el componente monetario. En esto no puedes moverte con pocos recursos, aunque en definitiva, es el capital humano lo más importante.
El tema social es muy fuerte en estos días. A veces la buena situación de algunos genera disconformidad en quienes tienen las alas para apoyar a los que ya se les comienzan a soltar. No es mala idea que los empresarios o dueños de grandes cadenas contribuyan a estas obras y bueno, con la Responsabilidad Social Empresarial, se crea un beneficio mutuo.
Hace unas semanas, gracias a una amiga, descubrí África Dream, una fundación encargada de enviar profesionales a África a realizar voluntariados por seis meses o un año. Cuando lo vi quede literalmente helada, no tenía idea de que existía algo así. Creo que es excepcional que desde Chile se le preste ayuda a un país tan frágil.
Las inscripciones a los voluntariados de África Dream ya están abiertas, puedes conocer más sobre esta maravillosa fundación en su página web www.africadream.cl