Pasados los 30 años el “quedarse sola” es un miedo ineludible para el género femenino. La conocida frase “se te va a pasar el tren” lleva largo tiempo fastidiando y presionando a las mujeres a buscar alguien con quien pasar el resto de su vida o, por lo menos, el tiempo suficiente para no ser llamada “solterona”.
Sin embargo, más allá de las presiones sociales que existan, la realidad es otra. Las mujeres ya no se validan por la presencia de una argolla. Hoy en día, las prioridades han cambiado y esto mismo está provocando que la búsqueda de pareja antes de los 30 años no sea una preocupación.
En este sentido, los cambios en las preferencias han llevado a que tanto mujeres como hombres retrasen la edad de contraer matrimonio. Según un informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), para el año 2002 en Chile las mujeres y hombres se casaban a los 25 y 28 años respectivamente. Diez años más tarde el mismo estudio afirmó que ambos sexos esperaban pasar los 30 años para casarse. Entre otras cosas, los estudios superiores son el motivo más importante para que hombres y mujeres posterguen ciertos procesos que antes no se solían aplazar. Además, la gran competencia profesional fomenta el seguir estudiando en magíster, diplomados o doctorados, los que sumado a una vida familiar, haría de este panorama algo aún más complejo. Sin embargo, el interés en estudiar y trabajar es un tema más moderno en féminas que en varones. Por esta misma razón, ellas no sólo han tenido que enfrentar prejuicios sociales por no haber formado familia u optado por la maternidad antes de los 30 años, sino que también vencer el miedo a equivocarse en su elección.
Lo primero que se debe tener en cuenta para enfrentar estas decisiones es olvidar la absurda idea del “príncipe azul”. El hombre perfecto no va a llegar a los 20, ni a los 25, ni a los 30. Y no porque no existan buenos hombres, sino porque las relaciones se construyen de a dos y no es trabajo único de ellos el tener que seducir a la eterna “princesa”. Por otro lado, el anhelado amor eterno se transforma en una pesadilla para las mujeres, quienes esperanzadas en esta idea se vuelven aún más exigentes en la búsqueda.
Pero sin embargo, lo que realmente preocupa a las mujeres es que si toman la decisión de esperar un poco más puedan agotarse los hombres. Lo que ellas realmente no saben es que ellos también aplazaron sus proyectos personales. La soltería de los varones está alargándose al igual que la de las damas, por lo que pensar hoy en día que no se puede encontrar machos de 30 años “solitos” es llorar en vano. Si bien es cierto, la cantidad de hombres solteros antes de los 30 años es mayor, la posibilidad de compatibilizar los intereses es menor, no así con alguien que ya se encuentra medianamente definido en lo que quiere. Finalmente, a pesar de que puede resultar un poco más complicado encontrar un soltero a los 30, la relación con esta persona puede resultar mucho más satisfactoria que con un veinteañero. Lo importante es dejar atrás esos viejos estigmas que tienen a las mujeres atemorizadas por nada.
Y tú ¿seguirás esperando al príncipe?