Amo a Anne Rice (para quienes no la conocen es la misma autora del libro "Entrevista con un Vampiro", parte de su saga "Crónicas Vampíricas). Sus libros son uno de esos vicios poco sanos que mantengo de la juventud y que me encariñaron con la lectura. Viéndome frente a un libro que no conocía y que más encima escribió con un seudónimo, mi primer pensamiento fue “¡Lo necesito!”. Como uno es periodista (Also Known As Pobre), no tenía las 8 lucas que costaba, por lo que mi buena amiga llamada “internet” se rajó con él. Su nombre, “El rapto de la bella durmiente”, escrito inicialmente por A. N. Roquelaure, quién después volvió a ser la gran Anne Rice.
Todo de lo más bien, típica historia – no tanto para ella – sobre los cuentos de hadas. Una bella princesa encantada con la maldición del sueño es rescatada por el beso de un príncipe encantador. Sin embargo, en vez de darle un beso se la tiró, lo que le daba otro toque a la trama. El libro tomó aires de erotismo, cosa que no me esperaba de mi escritora regalona (nótese que no me estoy quejando), sin embargo, después de avanzar, esta carnalidad se fue yendo al masoquismo, con un agresor violento, que rayaba entre la calentura y el asquito.
Sin antes haber leído un libro erótico, me enteré vitrineando en tiendas – Donde no compro, veo los más leídos y se los pido a Internet– casi todos los libros que hablan de la “cochiná” son exactamente iguales. La mina sumisa se va con el loco forrado, la trata como el pi.. mal, y más encima se enamora. ¿Qué demonios pasa? ¿Dónde está la lógica de eso? O mejor dicho ¿Por qué a las mujeres que los leen les calienta la sopa ver como tratan peor que bailarina de reggaetón a las protagonistas?
Llega a ser gracioso, porque si llevamos algunas de las cosas en estos textos a la realidad, la cantidad de denuncias por maltratos y femicidios abarcaría más noticias que las crónicas de deportes. Hasta me imagino a los maestros de la construcción sacando piropos para las féminas que pasan cerca de sus obras: “Wachita, quién fuera libro erótico para dejarla toda moretiá”. Y lo más gracioso, es que con frases así conseguiría el número de teléfono de la susodicha...
La Trilogía de las 50 Sombras de Grey, El Diario de una Sumisa, esta misma trilogía de La Bella Durmiente, muestran a la mujer como un objeto, que bloquea su racionalidad en pos del placer, provocando en los lectores una sensación, al parecer, gratificante, ya que la forma en que se venden y difunden estos textos que hablan de Bondage y masoquismo es impresionante, llevándose las vitrinas de top 10 sin problemas.
En lo personal, aunque todavía no me termino la Trilogía, con lo interesante que está fijo me la termino el domingo. Anne Rice (le tejo un chaleco, le paseo a los perros y le beso las botas) sigue siendo mi escritora regalona y, de pajarón, no supe que usó este seudónimo para escribir. Son libros interesantes y si no los has leído dales una oportunidad. La trilogía de la Bella Durmiente, escrita por Anne Rice bajo el seudónimo A. N. Roquelaure es entretenido y dinámico. Perfectamente te bajas las 600 hojas del primer libro en 2 a 3 días.