Crédito fotos: Felipe Fuentes La próxima semana cumpliré mi octavo mes de matrimonio. Y aunque estar viviendo con el amor de tu vida es tan maravilloso como lo pintan en las películas, admito que recuerdo con nostalgia todo el proceso, el tiempo y la dedicación con la que estuvimos preparando nuestra ceremonia (casi un año en total), y que finalmente pasó tan rápido, en sólo ocho horas de emociones, alegrías y celebraciones.
Pero lo que definitivamente echo más de menos, es todo lo que tiene que ver con buscar, encontrar y esperar mi ansiado vestido de novia. Porque el día en que decidimos comprometernos concreta o espiritualmente con la persona que amamos, queremos que todo sea único y especial, y también vernos y sentirnos igual de especiales.
Por eso, mientras vivía toda esa experiencia, fui anotando mentalmente cierto tips que juré que compartiría con mis amigas y conocidas, esperando que fueran útiles para ellas (y ahora para ustedes) en la travesía por encontrar el vestido de novia perfecto.
- Busca por Internet: llegar y comprarse un vestido de novia es más complejo de lo que uno piensa, y cada tienda y boutique (que en Chile no son muchas) tiene sus propios protocolos, por lo que no es llegar y comprar. Mi recomendación es que busques por Internet (también por Facebook) las tiendas que comercializan vestidos de novia en tu ciudad, y averigües cómo trabaja cada una; algunas requieren cita previa; otras te cobran la prueba de vestidos; y otras sólo trabajan con catálogos, por lo que es importante que tengas claro esto al momento de empezar la búsqueda.
- Aclara lo que quieres: aunque sea difícil, trata de llegar a la tienda con al menos una idea sobre tu vestido soñado. Imprimir algunas fotos de Internet; hacer algún bosquejo; o saber al menos qué tipo de modelo o tela te gusta (o incluso lo que no te gusta), te ayudará mucho, ya que enfrentar un catálogo de tienda con más de 100 modelos de vestidos y con la cabeza en blanco puede terminar confundiéndote aún más, y quitándote todo el entusiasmo.
- Escoge con tiempo: hacer las cosas con calma debiera ser el mantra de toda novia, en especial cuando se trata del vestido. Cuando buscas con tiempo, puedes aprovechar de visitar más de una tienda; probarte un modelo más de una vez; bajar o subir de peso si el vestido que te gusta lo requiere; pero en especial, prepararte para imprevistos, como cuando en mi tienda tuvieron que encargar el vestido que escogí de nuevo, porque lo vendieron accidentalmente (¡mientras yo tuve que pasar seis meses en ascuas, cruzando los dedos para que llegara!)
- Las acompañantes, con pinzas: ser la primera de tus amigas o de tu familia que se casa puede ser muy emocionante, ya que todos quieren participar y acompañarte en este gran proceso. Pero ojo: ese entusiasmo a veces puede ponerte en aprietos, en especial cuando todos tienen algo que decir sobre lo que te gusta, lo que quieres, o cómo te ves en un vestido de novia. Mi recomendación: escoge a sólo dos personas de confianza, ojalá con estilos diferentes, para que te acompañen en la búsqueda. Así controlarás la cantidad de opiniones, pero tendrás miradas diferentes que te ayuden a escoger el vestido de tus sueños.
- Disfruta el momento: nunca está de más el recordarlo, porque por mucho estrés o nervios que te produzca la búsqueda de tu vestido de novia, hay que tener en mente que esto es algo que –ojalá- harás sólo una vez en la vida, y vale la pena el disfrutarlo a concho. Cómprate revistas, visita todas las tiendas que puedas, sácate fotos y guarda esos recuerdos, que son de los más especiales que uno puede tener.