Desde nuestra pubertad que la opción médica para todos los “trastornos” que comenzamos a sufrir es medicarnos hormonas. Trastornos que en verdad no lo son y que sólo son cambios que se reflejan en nuestros cuerpos y estados de ánimo.
Con intención o no se nos aleja del proceso que vivimos y se nos hace dependientes de pastillas anticonceptivas que luego nos ayudarán a controlar nuestra maternidad. Otro motivo que se suma a la lista del por qué usarlas. De esta forma son cientos o miles las mujeres que desde muy pequeñas comienzan a tomar hormonas, ya sea para regular reglas, combatir acné, quistes o problemas hormonales, para luego seguir tomándolas cuando inician su vida sexual.
La mayoría de las veces no se mencionan otras opciones o alternativas, ni tampoco se nos informa sobre efectos secundarios o problemas que puedan generar las pastillas anticonceptivas. Efectos secundarios que más que efectos pueden llegar a ser consecuencias determinantes en la fertilidad de la mujer, en su desarrollo sexual sano y placentero y hasta en su vida.
Dentro de las rotulaciones de algunas de estas pastillas nos encontramos que pueden ocasionar trombosis, que no es bueno combinarlas con cigarrillos y que no se deben tomar en caso de tener o haber tenido alguna enfermedad que afecte la circulación sanguínea, embolismo pulmonar, infarto del miocardio, accidente cerebrovascular, migrañas acompañadas de síntomas visuales, diabetes mellitus, insuficiencia renal severa, antecedentes de enfermedad hepática severa, tumores hepáticos, entre muchas otras.
Sin embargo con el pasar de los años, y las visitas a ginecólogos y matronas, nunca se mencionaron ni se me informó de los riesgos y consecuencias del uso de pastillas anticonceptivas más allá del “¿posee alguna enfermedad?”. Ahí es cuando una se cuestiona si los doctores sabrán realmente lo que nos medican o sólo son un eslabón más de las farmacéuticas; ingenuos, confiados y devotos de la medicina occidental.
Nuevamente apelando a mi experiencia puedo comentar que me recetaron un tipo de pastillas que no era aconsejable tomar por más de cinco meses, debido a los daños que podían producir en mi fertilidad. Pero esto nunca se me informó y la tomé por años, enterándome casi causalmente en una conversación con mi matrona sobre el posible daño que me pude haber ocasionado. Sin ir más lejos este año se relacionó la muerte de 23 mujeres en Canadá con el uso de anticonceptivos que contienen drospirenona, como Yaz y Yazmín de Bayer. Una buena alternativa para dejar de lado la industria farmacéutica y sus terribles consecuencias para nuestros cuerpos, es aprender a regular nuestra fertilidad mediante métodos naturales, que implican, por supuesto, más atención y tiempo que tomarse una pastillita todos los días.
Algunos de estos métodos son el del “calendario” o el de Billing (analizar el moco cervical) que es recomendable combinar con algunas hierbas anticonceptivas.
Estas hierbas pueden ser: Achicoria, Ajenjo, Chilco, Culle colorado o vinagrillo, Natre, Perejil, Romero, Stevia, Molle o calle calle.
Las hierbas, aparte de ser anticonceptivas, ayudan a los dolores menstruales. Aunque algunas otras específicas para esto son: flores de manzanilla, hojas de menta, semillas de comino, hojas y flores de chilco y ramitas de orégano.
Para los dolores menstruales se deben tomar al menos tres veces al día. Para preparar las infusiones de flores, hojas y partes finas se debe poner una cucharadita (5 hojas aprox) en una taza y dejar reposar en agua caliente de a 10 a 20 minutos. Para preparar cortezas, raíces y semillas se debe hervir un puñado por una taza de agua y beber de a 2 a 3 tazas diariamente.
Los métodos anticonceptivos naturales, al igual que los hormonales, no son 100% afectivos ni previenen enfermedades de transmisión sexual, por lo que se pueden combinar con métodos de barrera, como condones.
Estos métodos se pueden utilizar independientemente de la duración del ciclo (de 28 días o más), ya que la ginecología natural apela a la diversidad de nuestros cuerpos y, por ende, de nuestros ciclos.
Si deseas conocer más sobre la ginecología natural puedes consultar los libros Manual Introductorio a la ginecología natural y Del cuerpo a las raíces.