Me declaro una persona súper tranquila y trato de no amargarme por culpa de otra gente, pero a veces resulta impensable llegar a tu casa después de la pega y no andar con los monos por culpa de ese jefe/a que no te deja en paz ni para ir al baño. Encuentro que el ambiente laboral es un factor totalmente relevante para tu manejo del estrés, porque de alguna manera todos buscamos sentirnos plenos en nuestra pega. Es que si llevas varios trabajos en el cuerpo, claramente tener a un jefe/a “hinchapelotas” (digamos las cosas como son), te arruina el día, andas con mala cara y de paso, te desmotivas. A nadie le gusta que lo subestimen y menos tener a un bichito detrás de la oreja todo el día, sobre todo cuando sabes que haces tu trabajo a conciencia. Obviamente eso no pasa siempre. He tenido jefes increíblemente buenos, que aprecian las buenas ideas y que te ayudan a brillar lo más que pueden, ayudándote a crecer como profesional. Pero ¿qué pasa cuando tienes un jefe que te saca de tus casillas? O peor, cuando trata de enseñarte a hacer tu pega, porque cree que sabe más que tú, pero realmente no tiene idea. ¡Atroz! Tengo una amiga que siempre me cuenta de su "jefe que se cree detective", que revisa todo, le hace seguimiento minucioso a su pega, se las da de espía y trata de de escuchar lo que hablan entre compañeros de trabajo. Patético. ¿Alguna ha tenido malas experiencias con sus jefes?. Seguro más de alguna se ha topado con una Miranda Priestley, una lata. En fin, tienen el momento para desahogarse, probablemente sea justo y necesario.
Pequeñas cosas terribles: tener un jefe insoportable
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por
Andrea Leiva Zaninetti