Sentirse bien es algo que todos buscamos. De una forma u otra, vamos juntos hacia el mismo lado. Yo creo que para ser feliz, hay que aprender a despojarse de las cosas que nos hacen mal. Si abandonamos los sentimientos de rabia o pena estaremos dando el primer paso para alcanzar la plenitud. Hay días en los que me doy cuenta de que sí soy una persona feliz. Tengo problemas (como todos) pero admito que mi vida es genial a mi manera. Esto porque aprendí que la felicidad va a estar contigo si TÚ quieres y eso es algo que cuesta aceptar cuando estamos absortas en nuestros dramas.
Pero, ¿qué tenemos que hacer entonces para sentirnos bien por decisión propia?
1. Renunciar a la necesidad imperante de tener siempre la razón. ¿Conocen a alguien que nunca se equivoque? ¡Todos cometemos errores! Hay que apelar al diálogo, ceder, escuchar y comprender la perspectiva del otro: así las cosas son más sencillas.
2. Mantener a raya la necesidad de control también es importante para equilibrar nuestro ánimo. La libertad es un aspecto prioritario del hombre. Nadie tiene el poder ni el derecho de manipular todo a su antojo.
3. Si dejas de culpar al resto, vivirás más tranquil@. Conozco gente que vive criticando su entorno y culpando al resto de las desgracias que le ocurren. ¡Definitivamente no lo pasan bien! Cada uno debe asumir la responsabilidad de su vida y no dejarse afectar por lo que otros hagan con la suya. El que alguien sea diferente a ti no significa que su forma de vivir y todo lo que hace esté mal.
4. Bajar el nivel de autocrítica. Ésta es destructiva para la mente. ¿Qué onda esa actitud derrotista? Algunas personas me llegan a dar lástima por la manera en la que se dañan diariamente. No se trata de ser soberbio, si no de quererse y respetarse uno mismo. Y en el marco de ese cariño, no ser tan drástico a la hora de juzgarse.
5. Decir adiós a las quejas. ¿Hay algo más molesto que escuchar a alguien quejarse todo el día? Tengo amigas que son así y eso les impide hablar de otros temas, las frena y no disfrutan. Caen en la autocompasión y ahí se quedan estancadas. No hay que subestimar el poder que tiene el pensar positivamente.
6. ¡Olvídate de querer impresionar al mundo! ¡Simplemente vive! Hay gente que no se da cuenta lo notoria que resulta una actitud forzada, de imitar lo que no es. Deja a un lado las caretas y preocúpate de potenciar lo que tienes en tu vida. Descubrirás en tu interior más de algún tesoro.
7. Adaptarse a los cambios. Cuando lo logras, incrementas tu inteligencia y percepción de las cosas. Creo que en esto soy buena. Mi vida ha tenido bastantes variaciones y he aprendido a aceptarlas de forma que ya no resulten amargas.
8. Deja de enjuiciar a la gente. Olvídate de clasificarla gente según TUS creencias. Abre la mente y no caigas en la ignorancia. Esta sugerencia suena un poco fuerte, pero si lo piensas bien, criticar es una conducta habitual del ser humano.
9. No tengas miedo. La única cosa a la que debes temer es a tu mente, a tus propias limitaciones. ¡Vive, juégatela! No te preocupes, ¡ocúpate!
10. ¡Sobre azul a las excusas! Hay que trabajar en uno mismo para crecer y mejorar aquellos aspectos que nos disgustan. Evitemos estancarnos en detalles que nos impiden ser felices. Es mejor pedir perdón que permiso.
11. Deja atrás el pasado y vive el presente. Sé que es difícil; cuesta mucho y sobretodo con el amor pero ¡vamos! El pasado, pisado. ¡Carpe diem! Aprovecha tu día sin atormentarte por el futuro, que para eso queda mucho.
12. Aprende a soltar para poder ser libre. Hasta un vaso puede ser un objeto pesado e insoportable si lo sostienes por varias horas. Cuando sea necesario, aprende a dejar ir. Es parte del amor quemar etapas, conservar lo bueno y seguir en la búsqueda de lo que te hará feliz.
Por eso, chiquillas ¡quiéranse! Aménse, no sean egoístas con ustedes mismas. Aprendan a aceptarse completa e incondicionalmente. Cuando te amas a ti misma eres capaz de dar, ayudar y compartir con otros, ¿qué mejor? Hay que tener cosas propias, estilos, formas. Conocer nuestra mente y aprender a usarla es fantástico. Podemos cruzarnos con miles de personas en el camino, algunas se irán y otras se quedarán pero eres tú la que a cada instante será la mejor compañía, ¡no te pierdas!
¡Yo soy, definitivamente, el amor de mi vida! Inténtalo también tú