¿Te ha pasado que hay lugares donde no te gusta estar? Te sientes inquieta, agobiada y molesta. Basta con que salgas de allí para que aquella incómoda sensación desaparezca como por arte de magia. Asimismo, hay otros sitios en los que te sientes cómoda y en paz.
Cuando se da lo primero, hablamos que el lugar “está cargado”; mientras que en el segundo caso, nos referimos a un “rico ambiente”. Pues bien, estas percepciones extra-sensoriales se deben a la energía. Las personas somos eso; energía (valga la redundancia) y cada uno de los sentimientos o emociones que experimentamos a diario - favorables o no - la irradian.
Pero, ¿qué lleva a que un sitio esté cargado? He aquí algunas probables causas: la energía - o iones positivos - que desprenden los artefactos electrónicos (específicamente el WiFi, TV, PC y teléfonos celulares, entre otros) o la que emana de las mismas personas que lo habitan cuando atraviesan por momentos difíciles (ejemplo: rupturas, enfermedades o duelos). Esto, porque los espacios son sensibles al exceso de iones positivos - que pueden producir un desequilibrio energético - , y también a las discusiones y tristezas que en ellos se viven, por lo que decimos que “tienen memoria”.
Existen claros indicios de que un lugar "tiene malas vibras". Como es seguro que quieres saber cuáles son, a continuación te los detallamos:
1. Estando allí experimentas escalofríos inexplicables, opresión en el pecho, miedo, angustia, dolores de cabeza, mareos, molestias en los huesos y zumbido en los oídos.
2. No importa cuánto hayas dormido; si tu casa está cargada, te acuestas y levantas con cansancio. Si se trata de tu trabajo, llegas a él agotadísima. Sientes el cuerpo pesado al estar allí y no comprendes por qué.
3. Te asedian los pensamientos negativos y estás irritable.
4. Si tienes animales, éstos enferman o rehuyen ciertos lugares. Las plantas también se marchitan rápidamente.
¿Tu espacio cumple con las características señaladas? No te desanimes, ya que los siguientes tips te ayudarán a limpiarlo y renovar las energías que en él habitan. ¡Toma nota!
1. Decorar el lugar conforme al Feng Shui, sabiduría oriental que nos enseña a optimizar la energía de los espacios a través de la disposición de los objetos que los ambientan.
2. Utiliza lámparas de sal, ya que son ionizadores naturales: equilibran los iones positivos, mientras que su luz blanca/anaranjada estimula la creatividad y concentración. Sus efectos se producirán aún cuando esté apagada.
3. Ten plantas de helecho o cuarzos rosas esparcidos por el lugar.
4. Date baños en sal de mar y mantén recipientes con ésta distribuidos por la casa.
5. Desconecta los aparatos eléctricos por la noche.
6. Enciende velas o inciensos para descargar los ambientes.
Con estos simples consejos verás cómo la vibra de tu espacio mejora, atrayendo sólo cosas positivas a tu vida.
Y tú, ¿has estado en un lugar “cargado”?