Si bien el terremoto de anoche no nos pilló tan de sorpresa tras la intensa actividad sísmica de la zona norte en las últimas semanas, siempre la ansiedad puede jugarnos malas pasadas frente a este tipo de situaciones. Por ello, en Fucsia te recordamos cuáles son las providencias que siempre debes tener en cuenta ante un movimiento telúrico. En ningún caso esta nota implica que tal hecho sea inminente; pero no es malo tenerlas presentes y estar preparadas.
Tengamos en cuenta que vivimos en un país sísmico y por ello tarde o temprano nos tocará enfrentar nuevamente una de estas angustiosas manifestaciones de la naturaleza. ¡Es parte de la vida! Cuando eso sea, mantengamos la mente fría y reaccionemos de la mejor manera posible, para que la situación no pase de ser sólo un “movido” recuerdo. Toma nota de lo siguiente:
1. Identifica los lugares del inmueble (sea tu hogar o tu trabajo) en los que puedes refugiarte. Éstos deben brindarte seguridad ante un eventual derrumbe, caída de objetos o desprendimiento de materiales. Conversa cuáles son con tu jefe y grupo familiar, de manera que todos los tengan claros. En una buena construcción, suele tratarse de las esquinas, rincones, pilares y el área que queda bajo el marco de una puerta.
2. Cerciórate de que todas las instalaciones de servicios básicos en tu residencia se encuentren en buenas condiciones. Si es necesario, contrata a un especialista de confianza que cada cierto tiempo realice mantenciones.
3. Prepara un kit de emergencia que contenga: linterna, pilas, velas, fósforos, botiquín, agua embotellada, comida en conserva, ropa de abrigo y sacos de dormir. Mantenlo siempre en tu casa, en un lugar visible y al alcance.
4. Deja suficiente espacio entre tu cama y la pared, procurando no mantener cuadros u objetos pesados pendiendo sobre la cabecera. Además, guardar adecuada distancia de los muros te protegerá de otros peligros más cotidianos, como que la temida araña de rincón un día decida “explorar” entre tus sábanas.
5. Ubicar objetos pesados o frágiles (como televisores y vajilla) en las partes bajas de los muebles. O al menos, jamás en sitios altos donde su caída sea inminente.
Durante el movimiento, preocúpate de brindar asistencia a las personas con dificultades de desplazamiento, como los ancianos y los niños. Y ante todo, mantén la calma. Sabemos que es difícil, pero recuerda que una mente tranquila piensa mejor - y toma decisiones más atinadas - que otra que se encuentra presa del pánico. En Chile, los sismos son pan de cada día. Tarde o temprano vendrá uno más intenso, pero con la debida preparación, sabrás afrontarlo y convivir con la probabilidad de su ocurrencia de la manera más armónica posible.