Lollapalooza, esa fiesta santiaguina que reúne a espectadores de todas partes del mundo, es un panorama muy atractivo para un fin de semana: el parque se repleta de música, espíritu verde y buenos momentos.
He tenido la oportunidad de asistir a las últimas 3 versiones, ver a mis grupos favoritos y conocer a gente muy diversa que me ha entregado muchas alegrías. Pero este año sucedió algo bastante molesto: Anita Tijoux - una artista nacional reconocida afuera -, recibió insultos por parte del público, que gratuitamente la calificó como cara de “nana”. ¿Say what? Yes! Cara de nana… no tuve la oportunidad de verlo ni escucharlo, pero sí pude leer la carta de un chico molesto, “hijo de nana”, ante la sarta de estupideces que se dijeron en pleno show.
La misiva me pareció notable, realmente un tapaboca para cualquiera. Sobre todo porque quienes comenzaron el alboroto se veían como esos cabros que efectivamente son criados por sus “nanas”, mientras sus padres y madres andan fuera de Chile viajando y pasándolo chancho. ¿Qué opinan? Claro, no sabemos efectivamente si la realidad de los personajes en cuestión es así o no, pero aunque no lo fuese, ¿tienen algo de malo las nanas en nuestro país? Sin ir más lejos, es bastante penoso que nuestra sociedad sea capaz de menospreciar a las responsables de mantener una casa en pie, que se sacan la cresta por vernos contentos y prácticamente dejan de lado a sus propias familias.
En fin, otra mente poco valiosa for free para nuestra sociedad.
¡Ánimo Anita, mira que tu talento no se compra!.
Foto vía CC weater_forecast