Viajar en transporte público ida y vuelta puede transformarse en una verdadera odisea. Así es, porque compartes tu metro cuadrado con decenas de personas, la más variopinta fauna capitalina y no todos hacen gala de los mejores modales.
Es así como logré identificar a los personajes más desagradables que puedes conocer en la micro o el metro. Revisa mi catálogo de “pequeñas cosas terribles” después del salto. ¡Apuesto a que reconoces a más de alguno!
1. La gente tapón. Sí, típico que vas subiendo a tu transporte o avanzando por el pasillo, procurando empatizar con el resto de los pasajeros que viajan apretujados (al menos yo, trato de abarcar el menor espacio posible y emular al “tetris” para acomodarme sin molestar), cuando de pronto te topas de frente con este personaje. Se trata de un espécimen (generalmente obeso, pero no excluyente) que se ubica a sus anchas por el pasillo o frente a la puerta del vehículo, obstruyendo el paso a los demás. La postura es rígida y firme, evidenciando que la mantiene a fuerza. Un verdadero tapón. Y le importa un bledo si hay suficiente espacio junto a él; el muy cretino no deja pasar a nadie. ¡Detestable!
2. La gente freak / escandalosa. Aquella que busca afanosamente su “minuto de fama” (con o sin un par de tragos en la sangre) y se encarga de no pasar desapercibida. Puede que procure resaltar hablando en altos tonos (para que todos se enteren de cómo es su entretenida vida), riendo en forma exagerada o simplemente dando jugo. Me pasó anoche, cuando regresaba a casa desde la U y en la micro venían unos jóvenes saltando y cantando “la cuncuna amarilla”. Ya. Me faltó pedirles un autógrafo al bajar; les hubiera fascinado.
3. La gente manilarga. Sea el típico viejo degenerado y sinvergüenza o el ladrón (con todas sus letras) que aprovecha el tumulto para registrar tu cartera. ¡Verdaderos delincuentes de los que hay que resguardarse! Sin ir más lejos, hace un par de semanas - mientras viajaba en micro - sacaron mi billetera y celular desde mi bolso. ¡Ni cuenta me di! Son mega - hábiles, así es que mucho ojo.
4. Los empujadores. Una verdadera avalancha que, en cuanto se abren las puertas del vehículo, arrasa con todo a su paso (hombres, mujeres y niños, les da igual). Los veo y me parece escuchar el “¡partieron!” de las carreras de caballos. He logrado identificar a dos tipos: la solapada (generalmente es mujer) que parece no quebrar un huevo pero empuja con hartas ganas y el caradura, que lo hace abiertamente. Debo agradecerles, eso sí, que un par de veces me hayan “subido” al transporte con fórceps en circunstancias que he ido atrasada.
5. Los enemigos del jabón. Para qué extenderme en este punto, si ya María José lo expuso a la perfección.
6. Los "embarazados". Hombres que ocupan los asientos reservados para personas con dificultades de desplazamiento (embarazadas, ancianos o discapacitados), y que en presencia de este tipo de pasajeros optan por hacerse los dormidos (puede ser por el peso de su zona genital).
7. La mezcla abominable. Me ha pasado un par de veces que dos de los personajes anteriormente descritos viajen juntos, lo que constituye una especie de “pack” del terror. Hoy mismo, cuando subí a la micro, iba un tapón bloqueando el flujo de pasajeros hacia el pasillo. Lo acompañaba su polola freak/escandalosa, cuya risa estridente debí soportar todo el camino, ya que el “tapón” te forzaba a quedarte escuchándola. Era más o menos así:
En fin, cada día que pasa, considero más seriamente reparar mi bicicleta.
Y tú, ¿qué personajes te has topado en el transporte público?
Foto CC vía Flickr (Busteaux)