“Podrán pasar diez mil años, pero nunca te olvidaré”, cantaba Enrique Iglesias. Y, aunque él dedicaba tales palabras a una vieja historia amorosa, yo apunto su frase a algo bastante más mundano: varios de mis productos favoritos que fueron tristemente descontinuados. Muchos de ellos dejaron un vacío imposible de cubrir por las nuevas propuestas del mercado. Por eso (y a riesgo de caída de carnet) les presento mi propia lista de imborrables.
1. El primerísimo primer lugar lo ocupa el - para mí - irreemplazable Mousse de Soprole. Con una apetitosa presentación - similar a la de Manjarate - que anticipaba la exquisitez que contenía, se vendía en tres sabores: frutilla, vainilla y chocolate, siendo el de fresa mi favorito. La textura cremosa y aireada de este ochentero postre es algo que ni el Soprole actual ni otras marcas han podido emular. Eso, aunque a comienzos de la década de 2000 lanzaron una propuesta bastante buena, que es…
2. Giraloco, un mousse que mezclaba sabores exquisitos, como vainilla/manjar o vainilla/chocolate. Una buena idea, cuya presentación era muy parecida a la del Chandelle, pero que - para mi desgracia - tampoco prosperó.
3. Si bien no recuerdo el nombre exacto con el cual se comercializó, no olvido el sabor: se trata de la Coca Cola con limón, ¿la recuerdan? Fue una edición limitada de esta popular bebida, cuyos resultados al paladar fueron ciertamente memorables: un toque distinto que harían bien en reeditar.
4. Chocolates cuadrados de $10. Quienes tienen más de 30 años seguro los recuerdan. Eran pequeñísimos y los vendían en los kioscos cercanos a las escuelas. Algunos llevaban impresas entretenidas historietas en sus rojos envoltorios. Los dejé de ver a comienzos de los 90’s. No los olvido.
5. Imposible no mencionar a Salo y sus muchos álbumes, fieles compañeros de nuestra infancia y en algunos casos - como el mío - también de la adolescencia. Si les menciono cuántos coleccioné, ¡uff! terminaría mañana. Sin embargo, el único que completé (a los 16 años, aunque suene ñoño) fue el de Sailor Moon. Recuerdo que en las afueras de algunas escuelas (y de las mismas dependencias de Salo), comercializaban o intercambiaban las láminas repetidas. ¡Qué tiempos!
6. Galletas “Tritón” heladas. Fueron un acierto. Eran verdaderamente exquisitas. Las recuerdo muy bien. Las vendieron en el año 2000 y - con uno de mis cercanos - solía comerlas en pleno invierno (¡hasta con lluvia!), porque eran una delicia. Ojalá las relanzaran.
7. Agenda Click. Fue mi fiel compañera en los años de liceo. Me gustaba, ya que traía una completa - y certera - descripción de cada signo, incluyendo afinidades. Además, disponía de juegos de ingenio, divertidas caricaturas de “Aldo” (el protagonista de la publicación) y suficiente espacio para escribir cuanto quisieras. Una pena que no siga a la venta.
8. Air Choc. Un inolvidable chocolate aireado, es decir, con burbujas en su textura, las que hacían su sabor mucho más intenso. Simplemente delicioso. Único, no he vuelto a degustar algo similar. Hace un par de años encontré la marca en Mendoza, Argentina. No fue lo mismo.
9. Free, Fanta Sol y Fanta Frú. La primera era una bebida cola de sabor bastante agradable, aunque jamás como el de la mítica Coca Cola. No obstante, era una perfecta alternativa. ¡Memorable!. En el caso de las “Fantas”, fueron las deliciosas variantes ochenteras en sabores piña y frutilla. ¡Una innovación de la que ningún niño de entonces quiso abstraerse!
10. Telex Chile. Sí, mega caída de carnet, pero ¡alcancé a enviar telegramas!. Era entretenida la forma lacónica de redactarlos. Onda: “Hola. Punto. Espero estés bien. Punto. Llego a las 15. Punto". En definitiva, algo así como el “Twitter ochentero”. Cobraban por palabra escrita, si es que mi mente no falla (era muy chica). Un clásico.
**Bonus: Las historietas de Walt Disney, editadas en forma quincenal o mensual por Abril Cinco. ¡Para mí eran indispensables! Sólo lamento que mi hijo no tuviese el mismo acceso a ellas.
Foto CC vía Flickr (Tom Simpson)
Y tú, ¿qué marcas o servicios no puedes olvidar?
Foto CC vía Flickr (Buendios)