Joel y Clementine se amaban. De eso no hay duda. Todas quienes vimos “Eternal sunshine of the spotless mind” sabemos que es así. Sin embargo, terminaron separándose y deseando olvidar las hermosas vivencias que habían compartido. Para ello, recurrieron a un servicio de “borrado de recuerdos”, proceso en el cual redescubrieron los motivos que les llevaron a enamorarse, revitalizando un sentimiento que se encontraba dormido.
Lo que ocurrió con los protagonistas de esta romántica película de 2004 puede suceder en cualquier relación. Esto, porque existen errores comunes en todas las parejas cuando llevan un buen tiempo unidas. Se sienten seguras y se confían, dejando que la rutina haga lo suyo, abandonando así la fundamental conquista. En Fucsia te contamos cuáles son estos “fails”, para que los identifiques y combatas antes de que causen estragos en tu linda historia de amor. ¡Toma nota!
1. Emplear distintos códigos: Es usual que un miembro (la mujer) sea dada a expresar sus sentimientos verbalmente, en tanto que el otro (hombre) recurre a los hechos. Convengamos en que los actos son ciertamente fundamentales, pero las mujeres tenemos la compulsiva necesidad de verbalizarlo todo. Lo ideal es no subestimar ninguna de estas formas de mostrar nuestros afectos, valorando el que se manifiesten. Así, si él hace algo bello por ti, enfatízale tu gratitud; lo mismo que él - si tú le dedicas hermosas y sentidas palabras - no debiera minimizarlas, entregándote a cambio ojalá (como mínimo) un “te amo”, de corazón.
2. No mostrar admiración por el otro: Ok, puede ser que vendas joyas a domicilio y él considere que ésta no es la actividad idónea para ti. No obstante, te costó mucho obtener la mercancia y viralizar tu emprendimiento, por lo que te sientes orgullosa de tus logros. Y, ¡qué lata que él los desestime! ¿Es así?, entonces ¡Houston, tenemos un problema! Lo mismo tú: si él se lució en una presentación en su oficina, no puedes bostezar o ver TV mientras te lo comenta. Para cada miembro de la relación, es fundamental sentir que su pareja lo admira, apoya y celebra con él cada logro cotidiano, por ínfimos que éstos parezcan a simple vista.
3. No dejar tiempo para los dos: Lo triste de la vida adulta es que resulta absorbente y llena de obligaciones. Ambos cumplimos diversos roles: somos pareja, padres, trabajadores (o estudiantes), amigos y proveedores. Todas estas "funciones" nos exigen cierto tiempo y dedicación, lo que a veces (comprensiblemente) nos colapsa. No obstante, es importante que en la relación invirtamos parte importante de nuestro capital energético si es que nos interesa conservarla y cultivarla. Ojalá se trate de instantes “de calidad”, en que apaguemos el smartphone, nos desconectemos de nuestros problemas y veamos a la otra persona tal como lo hacíamos a poco de conocerla. ¡Démonos espacio de fascinarnos con ella y lo que nos cuenta! Vale la pena.
4. Caer en la rutina: Las exigencias diarias nos tienen devastados al caer la tarde. Funcionamos ya con “la reserva de energía” y no tenemos cabeza para pensar en qué cosas entretenidas hacer con la pareja. ¡Ni hablar de un panorama distinto o nuevas movidas sexuales! Es entonces cuando - sin querer - caemos en la temida y peligrosa rutina. ¡No dejen que les pase! Aprovechen los momentos libres para pensar en algo innovador, cuando menos una vez a la semana. Planifíquenlo y ¡sorpréndanse! No lo lamentarán.
5. Priorizar diferente: Para él, lo fundamental es un buen pasar económico y ciertos lujos. Cada una de sus acciones propende a eso. Para ti, en tanto, lo esencial es compartir tiempo e ir consolidando sus finanzas de a poco. Todos los pasos que das apuntan a ese objetivo. Ahí estamos mal, pues cada avance individual hacia una meta distinta no hace otra cosa que apartarlos. Conversen y busquen la forma de conciliar los sueños de ambos.
¡Ya saben, chicas! Ojo con estas señales de alerta. Si los dos ponen de su parte, estarán siempre conectados de la misma forma que cuando comenzaron. Todo, sin olvidar los motivos que los llevaron a estar enamorados. Recuerden que iniciar una relación no cuesta nada; lo difícil es mantenerla. ¡A reencantarse, entonces, todos los días!
Foto CC vía Flickr ( 深#)