por Paz Medresaval
Anoche fui a una disco con una amiga y mi hermana; íbamos a una fiesta masiva a beneficio. Debo confesar que no soy muy asidua a salir de noche y menos a este tipo de lugares, ya que me cargan las aglomeraciones, no me gusta bailar ni me siento a gusto con gente desconocida. Ustedes se preguntarán: ¿qué fue lo que me motivó a ir a una disco? (por primera vez en mi vida, sí, jajaja, un poco ñoña). La respuesta es bien simple: un hombre, el niño que me gusta, quien asistiría. El empujón necesario para ir es que este chico me habló por Facebook precisamente la mañana anterior, por una cosa puntual (nada alusivo al evento). Pero de todas formas, como creo en los presentimientos y que nada es casualidad en la vida, decidí probar suerte, en una de esas podía acercarme más a él...
Bueno, esta nota no se trata de lo que paso con ese niño (llamémoslo A). De hecho, el máximo acercamiento que tuve con "A" durante la noche fue saludarlo furtivamente mientras él caminaba hacia la terraza. Amurrada, estaba bailando con mi partner cuando aparecieron dos amigos suyos, nos saludaron y nos ofrecieron compañía. Yo quedé junto al chico a quien siempre he hallado interesante, incluso puede que me sintiera un poco atraída hacia él (llamémoslo B). Entre ritmo y ritmo, nos acercamos más y finalmente nuestras bocas se juntaron en un roce inesperado, casi por error. Lo miré, pero no dio indicios de que algo hubiese pasado, seguimos bailando y nuevamente sentí su boca. No les mentiré, lo sentí extraño y muy fuera de lugar: unos besos bastante torpes, a los cuales ni siquiera reaccioné. Asumo que se debieron a que "B" aprovechó al máximo la barra libre.
¡Salvada por la campana! Antes de que todo se pusiera más incómodo, llegó mi hermana a buscarme. Me despedí rápidamente de "B" y la seguí. Cuando por fin íbamos saliendo, aparece "B" con sus amigos y nos quedan mirando. No sé por qué me sentí avergonzada, como si lo hubiese rechazado. Admito que me obsesione con esos simples besos. Hoy le di muchas vueltas al asunto: vamos al mismo colegio, en cursos distintos e inevitablemente lo veré al volver de vacaciones. ¿Qué debería hacer? ¿Fue un accidente, producido por las copas de más? ¿o realmente me quería besar? Escapé como alma que lleva el diablo, lo que fue bastante feo. Hoy lo vi conectado en Facebook - como para aclarar las cosas, pedir perdón o algo -, pero no me habló. Me da lata conversar con mis amigas, porque sé que me estoy pasando rollos (para eso vivo, jaja) por unos simples topones. ¿Qué creen ustedes, amigas de Fucsia? ¿Se han cabeceado eternamente por algo así?
Imagen CC Party Stuff by CS
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