En Santiago tenemos el privilegio de estar ubicados súper cerca de los mejores centros de esquí del hemisferio sur. Es cosa de mirar hacia el este un día de éstos, en que gracias al ‘fenómeno del niño’ hemos tenido un invierno lluvioso como hace años no sucedía. La cordillera está nevada y hermosa. Y en medio de esas majestuosas montañas se encuentra Farellones, un mágico lugar al que visitar por día, fin de semana o por más tiempo, si cuentas con él.
Farellones es al mismo tiempo una villa y un centro de esquí. Ubicado a tan solo 36 kilómetros del centro de Santiago en un pequeño valle en medio de Los Andes. Comenzó a ser popular en la década de los 30's y hasta hoy continúa siendo uno de los mejores lugares para escapar del ajetreo capitalino.
Este lugar genial tiene algunas pistas de esquí, pero además esta conectado por andarivel con El Colorado. Si consideramos este conjunto de opciones, tienes 62 pistas de distintos niveles donde puedes esquiar.
El Hotel Posada de Farellones es un clásico. Construido al final de la década de los 30's e inspirado en la arquitectura suiza, mezclando madera y piedra. El pub-restaurant El Montañés es otro clásico de la zona, donde puedes comer bien y disfrutar de un buen ambiente por las noches
El camino de acceso a la villa sigue los serpenteantes rodeos de los ríos Mapocho, Molina y del Estero Yerba Loca. El camino es bonito, pero hay que tomarlo con cuidado, ya que, involucra más de 40 curvas en zig-zag. Cuando el camino esta nevado, es necesario usar cadenas y tomarlo con aún más precaución.
Si no tienes el equipamiento necesario, puedes arrendarlo en varias tiendas que ofrecen este servicio. También puedes tomar clases de esquí con profesores capacitados. Además, si no quieres esquiar, tienes la opción de tirarte en tubing, caminar con raquetas o simplemente jugar con la nieve.
El pase de temporada en Farellones tiene un precio de $170.000 pesos. El ticket diario en temporada baja cuesta $10.000 y en temporada alta $15.000. La primera va desde el 8 de julio hasta el 16 de agosto.
Imagen 1 CC Fernando Ruiz Altamirano