Se presenta como un resfrío común, pero se diferencia en el tono amarillento que adquieren tus ojos y piel. Sus síntomas son náuseas, fiebre baja, vómitos, comezón y pérdida de apetito. Se trata de la temida hepatitis A.
Aunque suena terrible, esta enfermedad no necesariamente implica un daño severo y permanente al hígado. Lo usual es que desaparezca tras algunos días de reposo - especialmente cuando la manifestación de síntomas es más severa - y una dieta libre de grasas complejas, pero rica en proteínas (huevo, leche y carne).
Esta enfermedad es muy frecuente en niños y eventualmente se presenta de manera asintomática, aunque el 1 por ciento de los casos - como los que hemos conocido en TV - puede desarrollar una falla hepática fulminante. Su causa principal es el consumo de alimentos contaminados por materia fecal o bien, el uso indiscriminado de algunos medicamentos que terminan dañando el hígado. Es posible prevenir esta afección mediante inoculación, que puedes obtener en los principales vacunatorios del país a través de dos dosis, separadas por seis meses. Tiene un costo aproximado de $17000.
También es importante - como medida preventiva - velar por la higiene de nuestra comida, lavarnos las manos varias veces al día (ojalá utilizando jabón antiséptico o alcohol gel) y no automedicarnos.
Si tienes síntomas de padecer esta enfermedad y, además, manifiestas persistentes náuseas y malestar estomacal, consulta con tu médico a la brevedad posible. Él te practicará unas pruebas de laboratorio para confirmar o descartar esta afección y prescribir el tratamiento indicado para ti.
Fuente: Dr. Alejandro Soza, Hepatitis.cl
Imagen CC Ms Tina