El desgaste de una relación resulta inevitable con el paso del tiempo. La monotonía, el desencanto y las peleas toman protagonismo, dando lugar a las tan temidas “crisis de pareja”. Estos periodos de conflicto pueden terminar con todo lo que se ha construido junto a la persona amada en un abrir y cerrar de ojos. Por esta razón, hay quienes optan por tomarse un “tiempo” y, si nos ponemos un poco más modernos, un “chipe libre”.
La ínfima línea que separa el amor del odio está a punto de romperse y la idea de acriminarte con tu pareja cada vez es más atractiva. Es justo el momento en que ambos deciden "darle un respiro a la relación", ya que ninguno se atreve a ponerle punto final. Durante un tiempo no se podrán ver, ni llamar y lo más importante, está ¡prohibido pedir explicaciones!, total todo vale ¿o no?
Un “chipe libre” es un arma de doble filo, pues tienes la posibilidad de afianzar los lazos afectivos con tu pareja o perderla definitivamente. La idea seduce a cualquier persona que esté chata de su relación, pero no se puede negar que es bastante arriesgada, porque nadie sabe qué pasará después.
Las ventajas de esta distancia son claras. Estar alejada de tu enamorado te permitirá ganar un tiempo de reflexión para darte cuenta si estás mejor sola que con él. El hecho de salir con otras personas te ayudará a entender qué es lo que no te permite terminar la relación: ¿amor o costumbre? Si la respuesta es amor, este distanciamiento te servirá para identificar los problemas y pensar en posibles soluciones. Además, meditar y extrañar es la clave para valorar más a la persona que tienes a tu lado.
También existe la parte negativa de esta decisión. Y es que simplemente hay parejas que no logran superar un “chipe libre”. Te puede pasar que no seas capaz de cumplir con las “reglas” durante este periodo y lo que menos hagas sea disfrutar. En este caso, los celos se apoderarán de ti y no te permitirán pensar con claridad, pues te pasarás todo el día pendiente de lo que hace o deja de hacer tu "ex".
Finalmente, tienes dos opciones: volver a intentarlo o terminar definitivo. En el primero de los casos, el reproche puede ser fatal. Si en vez de solucionar sus problemas pasados comienzan a discutir por lo que hicieron durante el “chipe libre”, la cosa está muy mal. Por otra parte, hay relaciones que ya no vuelven. Esto se identifica como el peor riesgo de tomarse un tiempo: perder a tu novio. En conclusión, cualquier opción que tomes tiene que ser bien a conciencia, para evitar futuros arrepentimientos.
Y tú, ¿te tomarías un chipe libre?