"¡Ya mijita, la esperamos a la tarde!" Llegas con la pancita plana y resulta que apenas llegas te llenan de comida; almuerzas y ya te están dando once. ¡Así son nuestros queridos abuelitos! Sí, amigas; siempre nos entregan toda su ternura.
Muchas de nosotras - quizás por el trabajo y otras preocupaciones -, no podemos ir muy seguido a verlos, pero no cabe duda que siempre están presentes en nuestra vida. Especialmente para aquellas que nos criamos con ellos y que al final terminaron siendo como nuestros padres.
Creo que pasa algo parecido con los niños, que cuando los ves te inspiran ternura y ¡son tan chiquititos! Los abuelitos igual, ¡se van pareciendo cada vez más a los pequeñitos!, ya que no pueden hacer sus cosas solos, se ponen más sensibles y necesitan de toda nuestra atención y cariño. ¡Sus sonrisas nos transmiten tantas cosas lindas!
Ellos nos pueden entregar muchas cosas: podemos encontrarnos verdaderas aventuras, ya que - como algunos viejitos no tienen la suerte de conversar con muchas personas - cuando llegamos a verlos ¡te cuentan mil historias y anécdotas!, que de una u otra forma te dejan enseñanzas. Recuerdan su pasado, su niñez, el lugar donde vivían y a veces salen con locuras de juventud que ¡tu jamás imaginarías! Ahí es cuando piensas: ¡ah, de ahí salí yo, por eso hago lo mismo! Entonces, te da risa y emoción.
También podemos encontrarnos con su baúl de sus recuerdos, de donde comienzan a sacar ‘cositas escondidas’ que guardaban para sus nietos. Pueden ser verdaderas reliquias, muy lindas y de gran valor sentimental. De esa forma, siempre encuentran cómo llegar a tu corazón.
Pero sin duda, lo más bacán son las conversaciones, ya que podemos hablar sin parar, reírnos, y conectarnos de forma muy especial con ellos. Incluso nos entregan sabios consejos para superar algunos problemas, ya que ellos han vivido mucho más que nosotros.
Algunos tenemos la suerte de tenerlos a nuestro lado; otros no, pero les aseguro que siempre están ahí cuidándonos y serán nuestros ángeles guardianes, ya que lo que nos entregan ¡dejará una huella profunda en el corazón!
Imagen CC premus