La vida amorosa de una persona parte en promedio a los 16 años. Es por esto que al ya tener 22 o más, los hombres (y bueno, las mujeres también) cargan con más de alguna ex, que nos pone inseguras y nos lleva a actuar de manera impulsiva.
Es mi caso. Mi pololo y su antigua novia no terminaron su historia en los mejores términos, pero con el paso del tiempo, la relación (sólo de cordialidad, ¡obvio!) mejoró. Realmente, lo que yo hubiese preferido era que cortaran el contacto de raíz. Después de todo, por algo terminaron. ¿Para qué seguir hablando si todo se acabó?
Sé que es un pensamiento egoísta, pero más que todo, constituye un mecanismo de defensa. Sí, porque me aterra que lo reconquiste y finalmente vuelvan.
Estoy consciente de que la mayor parte de este sentimiento es culpa mía, de mi inseguridad, pero a veces, cuando se encuentran en la calle (son del mismo barrio), siento que actúa diferente y que algo oculta
Sé que mis aprensiones le molestan profundamente y trato de evitarlas, pero su ex, es una especie de fantasma que me atormenta. No me siento inferior a ella en ningún sentido, pero quizás sentir así es parte del ADN de nosotras, las mujeres.
No quiero parecer celópata, ni nada por el estilo: él siempre me dice que ahora está conmigo y que a quien ama es a mí, pero a veces, "se le salen" ciertos recuerdos con su ex que me hacen sentir incómoda y a la vez, bastante ofuscada.
Si bien esta mujer sigue siendo un fantasma, es un tema que de a poco he ido superando. Asumo que todos tenemos nuestro pasado y que ella es sólo eso: pasado. Trato de no enfadarme cuando la recuerda (nunca son vivencias íntimas, sino que me detalla las razones del quiebre).
En fin, creo que para toda mujer las ex's de nuestros novios son un tema importante y se convierten en una especie de "enemiga". Claro, nada nos han hecho, sólo conocer al hombre que amamos antes que nosotras.
Y tú, ¿alguna vez te has sentido así?
¡Cuéntanos!
Imagen CC Ramos Alejandro