Qué feliz me siento cuando les cuento a mis conocidos: "¡tengo una amiga mamá!" Y claro, me quedan mirando con cara de locos, aunque cada uno mira como puede, jaja.
Sí, es una de las maravillas que en la vida te pueden pasar: conocer a una amiga y que finalmente, además de ser tu ‘partner’ para carretes, hablar de minazos, salir, tener una buena conversación y ver películas juntas, haga de mamá. ¡Que se preocupe por ti y esté ahí en todas! Es ultra mega genial o al menos así lo siento yo.
La conocí hace unos cuatro años, por un tema espiritual que tenemos en común, y nos hicimos muy buenas amigas. Finalmente, descubrimos tener gustos parecidos y nos llevamos genial.
¡Mi partner llegó a mi vida para entregarme un cariño muy particular! A mi mamá no la tengo en estos momentos y no se imaginan la conexión increíble que siento con ella a través de esta amiga. Hasta se parecen en muchas cosas. ¡Los grandes regalos que te la vida!
Y vivimos tan cerca que cuando quiera puedo ir a verla. Sé que cuento con ella en todas y además tiene dos hijos tan hermosos que llenan mi corazón. Me imagino que a todas les gustaría tener una amiga con estas características y que esté siempre, ¡pero siempre! en las buenas y en las malas.
He coleccionado tantas anécdotas e historias con ella, que no terminaría de escribirlas. Y lo más divertido es que ¡hasta me regalonea y me da obsequios!
¡Las amigas mamás! Les aseguro que las ubican de inmediato por su gran corazón, generosidad y porque siempre te dan algo sin esperar nada a cambio. ¡Verdaderamente hermosas!
Y ustedes ¿tendrán a alguna amiga - mamá por ahí?
Imagen CC duende pillín