Ese bombón que te roba mil suspiros te invita a comer. Es un buen panorama para compartir un rato, sacar a la luz temas interesantes y pedir tus platos favoritos (más aún si te invitan, jeje).
Pero ¡ojo, chicas! porque una cena cualquiera puede llegar a transformarse en ¡el mejor momento para coquetear! , mostrar todos tus encantos y jugarte tus cartas para conquistar a ese hombre que te quita el sueño. Se los digo porque así me pasó y ¡no paro de suspirar al recordar ese momento tan simple! que sin duda se convirtió en una de mis experiencias más sensuales.
Llegué a un lugar muy bonito en pleno Barrio Bellas Artes, con toda su onda artística y cultural. De noche, con velas en las mesas y un exquisito menú (¡aunque mejor estaba el hombre que me acompañaba!) Pedimos una deliciosa comida y cervezas. A medida que transcurría la anhelada cita pudimos intercambiar distintas opiniones, reír, conocernos más y ¡coquetear!
Eso fue lo mejor de la noche: aquel juego de miradas tan fuertes que iban y venían, tal como en la canción de nuestro recordado Gustavo Cerati: "Juegos de seducción". ¡Les juro que me sentí en las nubes! y, por lo mismo, no encontraba cómo disimular mi risa nerviosa.
¡Y qué hablar de jugar con la comida! Así, él tomaba su tenedor, dándome a probar de su plato favorito y viceversa. Situación que hacía volar mi muy inquieta imaginación.
De postre, frutillas con crema, todo incentivando al juego del amor. ¿Qué mejor si se acompaña de la mejor música romántica?. Les juro que esa salida resultó más fascinante que cualquier otro panorama, ida al cine o a un parque, ya que ¡nos acercó muchísimo!. Y esa distancia que teníamos en la mesa al principio terminó por dejarnos ¡a centímetros de darnos un beso!.
Además, el hecho de saber que no podíamos hacer nada más - ya que estábamos en la mesa de un restaurante, con mozos y mucha gente alrededor - hacía esta experiencia más adrenalínica.
Y bueno ¡ya se imaginarán cómo terminó aquella noche llena de luz, vibras y energías hermosas! Fue ¡mágica!, sin duda alguna. Así es que ¡ya saben!, si las invitan a comer ¡juéguense con todo para conquistar a esos príncipes!, porque esta oportunidad puede ser la mejor instancia.
Imagen CC lucyb_22