Un ascenso en el trabajo, quedar seleccionada para aquel topísimo Magíster o tener al fin tu casa propia son ¡grandes logros! que nos generan una inmensa satisfacción. Sin embargo, hay otros más modestos, que pasan desapercibidos en nuestra rutina, pero que igualmente consiguen henchir nuestro corazón de orgullo. Son estas ‘pequeñas cosas increíbles’ las que nos dan la fuerza de ¡ir por más!
¿Tomemos conciencia de algunas de ellas para que las celebremos juntas?
1. Cuando haces feliz a un ser querido: Esta es la máxima de las gratificaciones. Si tuviste algún detalle que arrancó del ser que amas una sincera sonrisa, te sientes ¡en la gloria! Independiente de que medien o no palabras de gratitud (los hijos pequeños, por ejemplo, no pueden pronunciarlas), el simple hecho de sentir sus vibraciones positivas o la alegría que le produjo tu gesto, colma tu corazón de felicidad y satisfacción.
2. Una buena acción: Ceder el asiento en la micro (o el metro), ayudar a una anciana a cruzar la calle, colaborar con una colecta o regalar un dulce a algún colega, son cosas que nos recuerdan que estamos en el mundo para hacerlo ¡muchísimo mejor! Y eso es reconfortante.
3. Cuando obtienes una buena calificación: No importa si se trata de certámenes/solemnes, exámenes o evaluaciones parciales; una buena nota siempre nos indica que vamos transitando por la senda correcta. Es innegable que ser bien evaluadas nos inspira a seguir dando lo mejor de nosotras mismas.
4. Recibir una felicitación en el trabajo: Independiente de que provenga de un alto mando o sea tan sólo un cliente quien nos agradece una buena atención; que te digan que ‘lo estás haciendo bien’ es un gran estímulo. Tu motivación aumenta al infinito y no importa cuán cansada te encuentres: todo lo que haces adquiere un nuevo sentido. Esa felicitación da un rostro a tus desvelos y sacrificios; por lo tanto ¡es lo más!
5. Realizar una buena compra: Quizás sea el más superficial de los puntos tratados, pero ¡es indiscutiblemente satisfactorio! Cuando inviertes tu dinero en una buena decisión, que cubre tu necesidad y no implica gastos extras, te felicitas interiormente por todo lo que ello implicó: conocer la oferta, juzgar, ponderar y tomar una opción. Una compra inteligente es el resultado de un pensamiento brillante. ¡Siéntete lo más con justa razón!
6. Cuando te superas a ti misma: Vencer una limitación siempre es fruto de esfuerzo y perseverancia. Por eso, si hoy aprendiste a utilizar aquel programa que otrora te hizo aflorar canas verdes o bajaste un kilo en el último mes… ¡excelente, amiga! Avanzaste un peldaño, y eso es ¡fabuloso!
Y tú, ¿qué ‘pequeñas grandes’ metas cumpliste hoy?
Imagen CC Martin Gommel