por Amancay
Mi pololo es administrador de comunidades digitales. No es porque sea el amor de mi vida, pero es seco el cabro. Entretenido, simpático, ¡muy aguja!, dinamiza las redes sociales como ninguno y tiene respuesta para todo (¡fanática mode on!). ¡Seguro que ustedes siguen sus cuentas! (aunque no les diré cuáles son, para “proteger a los inocentes”, muajaja). Bueno, el tema es que su pega es bastante absorbente y por eso, estuvimos de acuerdo en que creara una cuenta paralela en Face, a fin de laburar desde ahí, sin mezclar trabajo y placer.
En este “segundo yo virtual” (A.K.A "cuenta laboral"), mi mino tiene agregadas a varias contactos de pega. La mayoría proviene de agencias de publicidad y cuestiones comerciales. Ya sé que me dirán que no confíe, que “todos los hombres son iguales” y toda esa cháchara, pero sé bien quién es él. Parece de otro mundo. Se mueren si les cuento lo bacán que es, en todos los aspectos de la vida y en particular, como pareja. ¡Es un sueño hecho realidad! Y se los digo plenamente consciente de sus defectos. (O sea, queridas, el amor no me ha cegado)
El punto es que el otro día me llamó la atención en su cuenta “B”, una mina muy parecida a Josefina Montané, actriz que a él lo trastorna. Y bueno, la curiosidad por algo mató al gato: consciente de sus gustos, me metí a verla. Pensé: “será la típica mina cuica de agencias top”. Claro, lo era. Pero ¡oh, sorpresa!: todas sus pinches fotos tenían un puto “like” de mi pololo. No sé por qué se da el trabajo de “admirar” cada una de sus imágenes, si en su cuenta oficial apenas nota si he puesto una foto mía en pelota o he reemplazado mi perfil por el de Crosty, el payaso. ¡Me dio rabia!
Aún más, en una foto le decía algo así como que “se veía muy rica, que era un crimen posar así” y toda la lesera. Nada para desconfiar; todo en un lenguaje muy coloquial, pero ¿qué onda? Mi amor es re profesional y nunca me ha dado motivos para activar las alarmas. Es más, tenemos una relación muy la raja y aunque no faltará la mina traumada que diga “no, si te está cagando” y todo el discurso ultra/archi repetido, yo sé lo que tengo. No obstante, me molesta.
He intentado comprenderlo pensando en que quizás si tuviera entre mis contactos al clon de Jamie Dornan, también babearía dándole “like” a cada una de sus tonteras y eso no significaría que tuviera dobles intenciones con él. Al contrario, me declaro súper sentimental y para mí cualquier encuentro cercano del 1°, 2° o 3° tipo debe ser por amor, lo que obviamente va más allá de una cara bonita. Quizás a él le pase lo mismo con esta mina; pero sé que no es de andar regalando “likes” a diestra y siniestra. (De hecho, como el trabajo lo deja chato, es reacio a cualquier interacción en redes sociales que no sea por esta razón)
¿Qué opinan? ¿Cómo puedo hacer para dejar de pasarme películas?
Imagen CC Geoff Livingstone
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