“Me cagó”, “Andaba con otra al mismo tiempo que conmigo”, “Le escribe mensajes a su ex todos los días y cree que yo no me doy cuenta”, son lamentos que he escuchado más de una vez en vivo y en directo, tanto en una conversación privada como en otras ajenas, en la calle o en el Metro. Y es que, no sé si nosotras hablamos más sobre el tema, o definitivamente ellos son los reyes de los grandes condoros en pareja. Juzgue usted, porque me carga generalizar.
La cosa es que me ha tocado ser testigo cuasi mudo de un montón de situaciones del tipo: “Me engañó por 9 años, tiene una familia paralela con 4 hijos, cinco perros y dos unicornios”. Un horror por donde se mire, pero... más terrorífica me parece esa amnesia que hace a la cornuda en cuestión volver a los 2 meses como si nada hubiera pasado.
Pensándolo mucho –en solitario, con amigos, familia y sobre todo conversándolo con mi almohada y mi gata – he llegado a la conclusión de que no hay tipos de condoros que se puedan perdonar, sino que hay personas capaces de hacerlo. Es más, conozco muchas que, tras un desliz de su pareja (de cualquier tipo), han decidido hacer borrón y cuenta nueva. Pero, ¿qué tan cierto será eso de seguir adelante y dejar todo atrás?
Yo lo creo casi imposible. Y no es que me aferre al famoso “si nació chicharra, morirá cantando” sino más bien al recuerdo de lo que pasó y a la inseguridad de lo que vendrá en el futuro.
La cosa es que quienes han pasado por esto explican que el amor lo puede todo y que volver a confiar no llega por arte de magia al decidir perdonar. Al contrario: se demora meses, a veces años, por lo que es cosa de paciencia y harto trabajo personal lograrlo. Claro, porque no se saca nada al dar una segunda oportunidad si vas a refregar el pasado en la cara de tu pareja. ¿Verdad?
Yo seguiré analizándolo, y si alguna vez me toca vivir algo similar, les cuento que tan fácil o complejo es volver a confiar. Mientras tanto, quienes lo hayan pasado, ¡cuéntenme cómo lo lograron!.
Imagen CC: Toni Blay