¿Sí o no que es terrible que nuestro laptop se infecte con un virus? Trabaja a media máquina, se queda pegado y odiosas interrupciones dificultan su uso. ¿Habrá algo peor que eso? Pues sí: que el virus lo tenga nuestro cerebro.
Así es, porque tal como nuestras herramientas de trabajo pueden mermar sus capacidades con un virus, nuestra mente también, disminuyendo su productividad y perjudicando nuestro ánimo. Pero, ¿sabes cuáles son estos maliciosos ‘troyanos’ cerebrales? Si la respuesta es no, te contamos que Óscar Cáceres, creador del modelo EPP (Extraordinary People Programme), los identificó para nosotras. ¡Toma nota! Conocerlos te será muy útil:
1. Quedarse “pegado” en el ayer: El virus se manifiesta a través de la repetición de imágenes pasadas, recuerdos desagradables que nos impiden avanzar. Lo peor es que tales memorias traen al presente los mismos sentimientos y emociones que experimentaste cuando tal situación tuvo lugar.
2. Celar el éxito de los demás: Se hace presente por medio de la envidia que te produce el hecho de que a otro le vaya mejor y los deseos no confesados de que algo no le resulte.
3. Anticipar un futuro desastroso: Aquí el virus nos entrampa en el miedo, mostrándonos todo lo malo que podría pasarnos. Una verdadera e inútil pérdida de energía.
4. Concentrarse en las debilidades y no en las fortalezas: Afecta la autoestima, haciéndote sentir disminuida y deprimida.
5. Procurar dar en el gusto a otros y no a una misma: Si tus acciones propenden a agradar a alguien más, entonces ¡eres presa de este virus! Demuestra que tus carencias afectivas son tan grandes que requieres desesperadamente del afecto y aceptación de tu entorno, sin importar que el precio sea traicionarte a ti misma.
6. Sentir que la gente está en deuda contigo, y que por ello, debe acudir en tu auxilio cada vez que lo precises. Crees que “la buena amistad” o “el amor” pasan por estar a tu disposición para cobijarte 24 x 7. Que los demás tengan su propia vida no te importa demasiado, pues sólo exiges el cumplimiento de sus deberes de amigos, familia, pareja, etcétera, sin dar tú nada a cambio.
7. Victimizarte: Este virus te ataca toda vez que no te haces cargo del resultado de tus acciones. Cuando lo padeces, propendes a la irresponsabilidad, al sentir que no eres capaz de enfrentar tu propia vida. Así, puedes prolongar - por ejemplo - una cesantía ad infinitum o malos resultados académicos, sintiendo que “la vida es injusta y las circunstancias no te permiten asumir un compromiso mayor”.
8. Soñar sin tomar acción: Cuando este dañino virus te afecta, te conviertes en mera espectadora de tu ideal de vida, sin hacer nada para alcanzarlo. Esperas que, mágicamente, suceda algo que te acerque al objetivo: por ejemplo, la ayuda de un mecenas o la obtención de un pozo millonario. Trabajar para lograrlo y “bancarte” el proceso que esto implica, son conceptos que no están en tu diccionario.
9. Rechazar la ayuda de otros: Es un perjudicial virus que te conduce a la soberbia o a un delirio de “superheroína”. Demasiado orgullosa para reconocer que necesitas de los demás, te quedas sola y empantanada en tu camino.
10. Intolerancia a la frustración. No debes tomar los resultados no deseados como fracasos; son producto de algo que no hiciste (o hiciste mal) y por ello, la experiencia te dará sabiduría y aprendizaje.
Y bien, ¿estás lista para resetear tu sistema y erradicar estos dañinos virus de tu disco duro?
Imagen CC Matthew McCreadie