Una simple palabra, un gesto de desprecio o una mala cara, todo puede ser indicio de que algo no anda bien. Desde la voz de mi experiencia, hay cosas más fuertes que los golpes. La violencia psicológica es paulatina y silenciosa, por eso nos daña de a poco. Es hora de comenzar a aprender que quien desee estar con nosotros, nos debe querer libres y tal como somos.
A veces es sutil, casi imperceptible, pero la violencia no deja de ser un problema. Algunas señales que deberían ponerte en alerta son las siguientes:
1. Control del dinero.
2. Indiferencia a los sentimientos de la pareja.
3. Manipulaciones emocionales que minimizan a la víctima.
4. Sentimiento de culpa del agredido.
5. Ridiculización o humillación pública.
6. Coartarte de planes o vida familiar.
7. La desautorización que conlleva sentimientos de inferioridad.
Si miras con detención y eres víctima de violencia psicológica, te aseguro que no te identificarás con ninguno. En primera instancia, cuesta asumir que tu relación de pareja es tóxica. Yo me demoré años en notarlo, la familia de mi ex pololo me menoscababa de muchas formas y pasaban opinando de mí para que fuese perfecta.
Mi ex nunca me defendió o respaldó y cada vez que peleábamos, me recordaba lo inmadura que era y que el hecho de que su familia me maltratara, era exclusivamente mi culpa por mis actitudes. Cuando te recalcan una y otra vez lo negativo, pierdes tu autoestima y te anulas. Yo me encerré en su mundo, de tal manera que íbamos juntos a todos lados. Me alejé de mi familia, de mis amigos y él era mi vida.
Perdí mis metas, mi seguridad y mi espacio. En definitiva, me perdí. Era una sombra detrás del supuesto “protagonista”. ¡No dejes que nadie te diga qué hacer o con quién juntarte! Tú eres dueña de tu vida, nadie puede prohibirte seguir tus sueños o hacerte cambiar de parecer con sólo una mirada o un desprecio.
¡Es hora de ser valiente, tomar la decisión de dejar ese amor que te hace sufrir y no te deja surgir! Puedes ser víctima de violencia psicológica y aún no te has dado cuenta… De lo psicológico a lo físico, hay un solo paso.