Por estos días, es difícil abstraerse de la fiebre consumista que azota nuestras calles. Cada arteria capitalina luce atiborrada de gente que camina rauda, sin fijarse en si empuja o pasa a llevar a alguien más. En la búsqueda por el regalo perfecto, ojalá sin hacer largas filas ni tener que disputárselo a otra persona, quizás hayamos olvidado el verdadero sentido de estas fiestas.
Quienes somos creyentes celebramos en esta fecha especial el nacimiento de Jesús, pero todos, sin excepción, festejamos el amor. Lo malo es que no siempre lo hacemos a conciencia de que se manifiesta no en los presentes más onerosos, sino en aquellos que tienen corazón.
En mi caso, recuerdo los mejores obsequios navideños que he recibido (entre muchos que han sido especiales, por el amor con que fueron escogidos): uno fue la Navidad siguiente al fallecimiento de mi papá. Yo era muy niña y él había dejado comprado un peluche de Topo Gigio para mí (nos gustaba cantar sus canciones). El hecho de recibirlo justo tras este dramático suceso tendió un puente entre ambos, que traspasó las barreras de la muerte. Sentí que por un momento "nos conectamos".
Más recientemente, otro obsequio que se inscribió entre los más especiales que he recibido fue una caja de galletas danesas (envase que aún conservo) y un chocolate Sahne Nuss. Me caló hondo y me emocionó, transformándose en uno de los mejores regalos que me han dado ¡ever!. ¿Por qué? Bueno, me lo obsequió un amigo que no solía celebrar la Navidad, y con tal gesto estaba abriendo las puertas a la magia de esta época. ¡Y por mí!, pues estaba consciente de que yo ¡la amaba! Ese partner especial es el maravilloso hombre que hoy me acompaña y con quien espero pasar el resto de mi vida.
Como ven, más allá de la vorágine de cuentas, deudas, aglomeraciones, empujones y filas que la Navidad trae consigo, son los detalles los que se graban en el alma. Ténganlo en cuenta a la hora de elegir sus presentes ¡rescatando el espíritu navideño! No el del retail y el comercio en masa, sino el verdadero: el que llevamos en el alma.
¿Recuerdas cuál fue el mejor obsequio que has recibido? ¿Qué fue lo que le hizo tan especial? ¡Compártenos tu historia!
Imagen CC Neil Kronberg