Dicen que el amor llama a las puertas del corazón, pero en los tiempos que corren, es aún más posible que envíe un Whatsapp. La que les contaré a continuación es real y sorprendente. ¡Y ojo, porque da para largo!
Todo inició con una de mis amigas y un celular que requería ser desbloqueado. Buscamos por muchas partes, pero el trabajo no era sencillo y los costos variaban significativamente de un lugar a otro. La dependienta de una tienda en el centro de Viña Del Mar, nos dio el contacto de quien nos podría ayudar. Cuando realizamos la primera llamada, nunca pensamos que sería el comienzo de una increíble historia de amor, teñida también de sorpresas, engaños y dolor.
Al otro lado, nos contestó una voz masculina, agradable y juvenil. Acordamos que toda comunicación se realizaría a mi Whatsapp y que el pago se haría por transferencia. Los resultados fueron excelentes: gracias a la entrega de los datos internos del equipo, se realizó el desbloqueo y funcionó a la perfección.
Al poco tiempo, recibí unos mensajes que me hacían consultas personales respecto a la dueña del teléfono. Como mi amiga no tenía pareja- y yo no pierdo oportunidad para armar una-, lo interrogué, miré sus fotos en Instagram, su perfil de Face y consulté por cada detalle curioso: posteos de amigas cariñosas, relaciones anteriores y otros que me parecían fundamentales para comprobar si era un “partido” adecuado para ella. Me gustaba. Era menor - pero mi marido también lo es-, pero la edad ya no es tema; vivía a regiones de distancia. ¿Qué peligro había en que la cortejara? Yo sólo buscaba verla sonreír, sentirse enamorada y dejar de lado por un tiempo el tedioso pasado que le seguía acosando en ese momento. Y eso ocurrió durante muchos meses.
Bajo acuerdo con él - y conociendo los gustos de ella - elegimos las flores más lindas y él se las envió a domicilio. Mi amiga intuía que yo sabía algo, pero no rompería la magia; guardé el secreto y le dejé soñar con ese admirador, que cada día le daba un regalo, le enviaba mensajes y la llamaba para conversar sin discriminación de temas. El pasado, presente y futuro se mezclaban sin tapujos y con la libertad de quienes se presentan sin secretos, en la sana intención de conocerse tal cual son. ¡Todo era tan romántico! La envidia de las presentes y el sueño de toda mujer: el amor la había encontrado por esas casualidades de la vida y todo a un click de Whatsapp.
Luego de un par de semanas, ya tenían una relación. Ella, feliz con las atenciones, se entregó poco a poco. Cambio su estado de Face y ambos declararon a sus amigos que estaban juntos. Los días se harían cortos para hablar de cuanto él hacía por ella. Gran parte de la misión estaba completa: mi amiga era feliz, su rostro brillaba, volvía a cantar canciones de amor y a suspirar al ver parejas besándose: estaba encantada.
Feliz por su nuevo estado sentimental, seguí ayudando en lo que ambos me pidieran. Ahora sólo faltaba que se conocieran en persona. Sería una instancia que nunca olvidaríamos, y así fue: aún no salimos de la sorpresa.
Pronto te contaré el resto...
Imagen CC Matthew Wilkilson